Lo de Radiotelevisión Española

RTVE

Conocí a Elena Sánchez cuando era una meritoria en la Agencia EFE (Deportes). Desde entonces no se conoce una información, una primicia, no ya una exclusiva trascendente, redactada por la nueva edecana/felpudo de La Moncloa, puesto por el que lleva conspirando desde que Sánchez aprovechó una sentencia judicial sobre corrupción (que prometió sajar de un tajo, ja, ja, ja) para encaramarse a lo que las urnas le habían denegado reiteradamente.

En aquellos tiempos, según recuerdan ahora los que entonces la conocieron, pasilleaba con maestría y ventaja; era más habitual en los bares de enfrente rodeada de los jefecillos del siniestro Utrilla, que trabajando en plan stajanovista en pos de la noticia.

Si vivieran algunos de los que le dieron cuerda profesional se asombrarían de dónde ha llegado la muchacha. En realidad, hay poco de lo que asombrarse. Esta Sánchez fue la número dos de la anticonstitucional Mateo, maestra que también le indicó el camino. Porque el decreto que infló sus bolsillos de competencias (y de dinero), redactado por el menudo Bolaños, será también puesto fuera de la Constitución si alguien lleva la nueva fechoría jurídica al mismo TC.

El escándalo dentro del Pirulí es de tan dimensión que hasta UGT se ha tenido que posicionar contra la intentona golpista de La Moncloa para situar a su comisaria. “Repulsa” o “malestar” son las frases más socorridas, mientras la Radiotelevisión sanchista se desploma hasta la marginalidad. ¿De verdad creen que dominando RTVE “a lo Ceausescu” van a poder dar la vuelta al ritmo de las encuestas? ¡Están entre la locura y la incompetencia!

El sindicato UGT, pobre, se queja de esta guisa. “Pedro Sánchez nos vendió que su apuesta para la corporación RTVE era por la independencia y el pluralismo, pero, igual que cuando se nombró administradora única a Rosa María Mateo, lo que ha hecho es dar un golpe partidista…”. Ja, ja, ja, ¡Ingenuos! ¿Acaso entendían que Sánchez sólo iba a cumplir con ellos? ¿Se han caído de un ciruelo?

El sindicato comunista (CCOO), naturalmente, está a lo que ordenen sus jefes políticos. Ni concentraciones, ni plantes. Mejor brazo en alto con el puño cerrado. Como en la antigua URSS o, mejor, Cuba, que les gusta darse una vuelta a comprobar lo bien que vive los “camaradas” castristas. La tal Sánchez promete muchas tardes de gloria. Para comenzar, la oposición debería ya llevar su caso a la Unión Europea para que allí se sepa -antes de soltar la pasta- cómo se las gasta el Gobierno por estos lares.

¿Queda al día de hoy alguna institución no corrompida por Sánchez y sus cuates? Feijóo, prepara la pica y ¡no te rajes!

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