Lo de la Diputación socialista de Badajoz con el hermano de Sánchez es una burla a los empleados públicos

Hace falta tener la cara de cemento armado para justificar que la decisión de la Diputación de Badajoz, en manos del PSOE, de modificar en octubre de 2022 el contrato laboral de alta dirección de David Sánchez, hermano del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para permitirle acceder a otro empleo fue para que tuviera más «experiencia y pericia» para su puesto directivo en la Diputación. Entre otras cosas porque a la hora de contratarle se le eligió a él, supuestamente, por su mayor experiencia.
Lo de la Diputación socialista de Badajoz es de aurora boreal, pues con ese argumento a todos los empleados públicos de las distintas administraciones se les debería dispensar el mismo tratamiento: mantenerles el sueldo y, además, permitirles compaginar su trabajo con otro empleo dado que esa situación de pluriempleo les haría ganar mayor experiencia. Sin embargo, ¿cuántos funcionarios de la Diputación de Badajoz gozan del trato de favor del que disfruta David Sánchez? ¿Se les permite trabajar al margen de la Diputación y, sobre todo, se les permite que no acudan a su puesto de trabajo?
Como venimos informando, la Diputación de Badajoz ha remitido recientemente al Juzgado de Instrucción nº3 de la capital provincial una serie de informes y documentos relacionados con el imputado por corrupción David Sánchez, hermano del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Entre estos documentos se incluye la ficha de transformación de puestos de trabajo que en 2022 trasladó a Sánchez de un cargo directivo a otro. En el documento proporcionado por la Diputación socialista se confirma que con el cambio se eliminó la incompatibilidad que tenía David Sánchez, pero manteniéndole íntegro su sueldo de más de 53.000 euros.
La justificación de que la plena dedicación de un trabajador limita su crecimiento profesional y que lo deseable es que los empleados públicos puedan trabajar simultáneamente en otro lado al margen de la administración, conservando sus retribuciones íntegras, es sencillamente una tomadura de pelo. Por cierto, ¿se aplicará el cuento el ministro de Función Pública, José Luis Escrivá, y eximirá a todos los empleados públicos de la plena dedicación en virtud del caso David Sánchez?