Para la juez las víctimas de la DANA no son todas iguales

Ha causado perplejidad el hecho de que la titular del Juzgado de Instrucción Número 3 de Catarroja, que instruye las diligencias previas del caso de la DANA, decidiera expulsar de la causa a una mujer que perdió en la riada a su hermano, a su cuñada y al hijo de ambos, de cuatro años de edad.
Y más sorprendente aún es el desdén con el que despacha un escrito de la abogada de la víctima en la que educadamente le pide explicaciones. Su señoría despacha la petición de la defensa en dos líneas que son una mayúscula exhibición de indiferencia hacia esta víctima en concreto: «No procede la aclaración interesada, dado que se trata de una cuestión jurídica, que no afecta al contenido de la resolución». O sea, que ordeno y mando.
Tal vez tenga algo que ver el desdén de la juez con el hecho de que la defensa de la víctima sea una abogada experta en cuestiones relacionadas con temas en torno al agua, Pilar Esquinas, que ha secundado al letrado José María Bueno en su petición de que se certifique si el marido de la magistrada, también juez, pero ajeno por completo a la causa, había participado en interrogatorios a distintos testigos y si había participado «en la redacción de resoluciones de este juzgado». Y, también, «si consta en autos algún tipo de autorización, habilitación que le permitieran actuar en este juzgado, o si está comisionado a tal fin». En suma, lo que pedía el letrado era aclarar el papel que estaba desempeñado el marido de la juez.
La letrada de la víctima ahora expulsada se adhirió a la petición de su compañero y se conoce que eso ha provocado malestar en su señoría, que decidió excluir de la causa a esta mujer que perdió a su hermano, su cuñada y al hijo pequeño de ambos. ¿Por qué? Tendrá que explicarlo, si lo tiene a bien, pero, por ahora, sólo queda constatar que para la juez las víctimas de la DANA no son todas iguales.