Los jueces tienen que elegir al gobierno de los jueces
El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) tiene que estar regido por una mayor independencia. Para ello, lo idóneo sería volver al sistema que existía antes del año 1985 y que fueran los jueces y magistrados los que eligieran de manera directa y sin injerencias políticas a los vocales judiciales del CGPJ —el punto 3 del artículo 122 de la Constitución tiene una aplicación muy abierta, pero no es menos cierto que la incidencia política debería ser reducida a cero—. Fue Alfonso Guerra, al que se le atribuye la celebre frase «Montesquieu ha muerto», el que llevó a cabo una reforma que entregó en manos de los partidos políticos la composición del órgano de gobierno del Poder Judicial español. Obviamente no fue una modificación baladí, ya que el PSOE de entonces pretendía limitar la mayoría conservadora existente en la judicatura y así poder controlarlo con mayor facilidad.
Algo que con el nuevo reparto han logrado PSOE y Podemos, a pesar de que la realidad política, social y judicial de nuestro país no tiene correspondencia con la mayoría progresista —11 a 9 tras el acuerdo entre los socialista y el PP— que se da en estos momentos en el CGPJ. Más allá, incluso, de las injerencias políticas en estos nombramientos con perfiles tan politizados y cuestionables como Victoria Rosell o José Ricardo de Prada, la imagen que proyecta nuestro país tras un proceso como el que hemos vivido en las últimas horas es el de un mercadeo que no beneficia en absoluto a nuestra salud democrática. Y eso que resulta incuestionable que el nuevo presidente del Consejo Genera del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, el magistrado Manuel Marchena, es un fiscal de primerísimo nivel.
No obstante, y como bien ha denunciado el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, no puede ser que la elección de los vocales del Consejo General del Poder Judicial parezca «un supermercado». Incluso las asociaciones de jueces han transmitido su incomodidad con un proceso que han calificado como «aberrante» y vergonzoso». Lo cierto es que deberían ser los jueces y magistrados quienes eligieran a los representantes del CGPJ. Ya lo escribió el propio Charles Louis de Secondat, más conocido como barón de Montesquieu, durante la Ilustración: «Para que no se pueda abusar del poder, hace falta que, por la disposición de las cosas, el poder detenga al poder».
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