Inútiles, sin excepciones

Inútiles, sin excepciones
Inútiles, sin excepciones

El Gobierno de Pedro Sánchez ha impuesto la mascarilla en exteriores ante el incremento exponencial de los contagios, pero, al mismo tiempo, admitirá «excepciones» en un momento en que España bate récords de contagios. En su comparecencia pública, Sánchez trató de explicar cuáles eran esas «excepciones»: no será necesaria la mascarilla donde haya una distancia de seguridad de al menos metro y medio, cuando haya escasa presencia de población, cuando se practique deporte o cuando se esté en el campo o en espacios naturales. En suma, la mascarilla en exteriores será obligatoria en determinadas circunstancias, lo que, en definitiva, nos coloca delante de una obligatoriedad con tantas salvedades como uno pueda imaginar.

Lo que parece evidente después de escuchar a Pedro Sánchez es que estamos ante un Gobierno de inútiles sin excepciones, porque convocar una Conferencia de Presidentes para presumir de la buena marcha de la vacunación y no adoptar ninguna medida, más allá de esa obligatoriedad -bajo determinadas condiciones- de la mascarilla en exteriores es la prueba del nueve de que este Ejecutivo va arrastrando los pies ante la evolución de la pandemia.

Y es que, como ha informado OKDIARIO, de los cinco sistemas de control de la pandemia que dependen del Gobierno, Pedro Sánchez no ha aprobado ninguno. Ni los test generalizados en la población, ni los test centrados en cada nuevo caso confirmado, ni la secuenciación de las nuevas variantes, ni el control del exceso de las muertes acumuladas, ni las dosis de refuerzo. Resultado: fracaso absoluto. España suspende en todas esas mecánicas de control. Y son, justo, las empleadas por el resto de naciones para intentar anticiparse al avance de Ómicron. En cuanto a la secuenciación del virus para detectar las mutaciones, España figura en la posición 11 de Europa, por debajo de Dinamarca, Luxemburgo, Malta, Suecia, Portugal, Alemania, Estonia, Italia, Francia o Lituania.

En dosis de refuerzo, España ocupa el puesto 12, de nuevo lejos de países como Austria, Alemania, Dinamarca, Irlanda, Bélgica, Francia o Italia, según los datos a 19 de diciembre. En número total de test por 1.000 habitantes se replica la falta de liderazgo: España se sitúa en el puesto 22, por supuesto, por debajo de todos los grandes países. En test realizados por cada nuevo caso confirmado, España queda en el puesto 15, por detrás de Chipre, Estonia o Bulgaria.

Y ahora viene Pedro Sánchez con la mascarilla en exteriores -que si sí, que si no, que si depende- a coronar la ceremonia de la confusión en la que vive instalado desde hace casi ya dos años

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