Fite tú

Semana Santa
Fite tú

Terminó una Semana Santa memorable. Tras las primeras lluvias, que vendrían muy bien al jardín de la Yoli, el tiempo ha sido un regalo divino para disfrutar de unos días que, procurando no caer en el precipicio de lo personal, han sido dignos de guardar en el cajón de “cosas para recordar”. Hemos tenido que arreglar el jardín de la rubia ficticia, porque estaba lleno de “malas hierbas, malezas, desperdicios, hojas caídas, restos de podas”. Estarán de acuerdo conmigo en que la naturaleza es la más sutil lanzando metáforas. Pues ni aun así lo entienden los aludidos. Ella quiere poda, tala y trasplante. En cuanto a los operarios, algo me dice que tiene pinta de apostar por metro ochenta, doraditos por el sol, manos fuertes y seguras, fibrosos, musculados, con tableta bien marcada, en otras palabras, “jardineros podadores, con carácter puntual y según necesidades”. ¡Agárrate los machos que arrancamos!

Siguiendo con las metáforas que nos muestra magistralmente la naturaleza, les voy a contar otra que percibí el pasado sábado en Sanlúcar de Barrameda. Tenía un almuerzo que, manteniendo mi intención de no querer asomarme al precipicio de lo personal, me hubiera gustado que durara eternamente, ¡la más pura antítesis del american way of life! Luego voy con lo de las hamburguesas, termino aquí primero, que soy muy ansiosa y yo misma me lío. Pues resultó que un coche de la Policía Nacional, apatrullando la playá, se adentró en la zona de fango, quedando retenido. Terminó engullido por la marea. El espectáculo para tratar de sacarlo, sobre las dos del mediodía, superó cualquier españolada de todos los tiempos. Sanluqueños, turistas, miraban perplejos como ni el cuerpo de bomberos, ni la policía, ni buzos profesionales, ni tractores, ni todos los caballos de las carreras juntos eran capaces de sacar de la orilla aquel vehículo. Los nativos, avergonzados, no sabían si reír o llorar. Parecía un espectáculo preparado para terminar entre risas en la tasca de la esquina. Era la metáfora del Gobierno de España tratando de rescatar al país de esta situación que tenemos. El conductor, Sánchez, no apareció por ningún sitio, hundió el coche y se fue a dormir. Estaba cansado, pobre, tiene mucho estrés con su serie.

Y sin salir del sur, perdónenme, pero es que todo parece que pasa aquí. ¡Por algo será!, ¿No les parece? Resulta que la campaña publicitaria de una marca americana de comida rápida ha suscitado la polémica que quería provocar. Muchas felicidades al publicista, a la cadena y a todos los que han caído en la trampa al darles esa publicidad buscada. El efecto inmediato puede parecer contradictorio, pero el ser humano tiene, en general, una memoria muy, muy corta; y ese rey de las hamburguesas ha conseguido su objetivo. No es gratuito que se haya exhibido en el lugar del mundo donde se vive la Semana Santa con más fervor, devoción, belleza y tradición; el lugar que más turistas reúne en menos tiempo. Blanco y en botella. Un amigo artista, cuando se la va a comer (la hamburguesa), siempre dice: “Clarita, ¿Cómo lo hago? ¿Cómo un salvaje o como un apasionado?”. A lo que yo siempre contesto: “¿Perdón?”. Los demás estallan de risa y, francamente, ¿hay algo mejor que eso? (Me refiero al reino de la risa).

Y hasta aquí llego hoy, fite tú. Por si alguien de Despeñaperros para arriba no lo ha pillado, y costándome bastante tener que explicarlo, el título de este artículo es la genial, inteligente y eterna versión andaluza del “fíjate tú”, de todos los mortales. Pues eso, fite tú que aquí más de uno no se ha enterao de ná.

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