La extrema izquierda descarga su bilis sobre Ayuso

La extrema izquierda descarga su bilis sobre Isabel Díaz Ayuso

Para la ultraizquierda, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, no puede ser nombrada bajo ningún concepto «alumna ilustre» de la Universidad Complutense, distinción que tienen, además de la Reina Letizia, un ramillete de escritores, cineastas o periodistas célebres que cursaron sus estudios en este centro universitario. No esgrimen ninguna razón de peso, más allá de los habituales lugares comunes, trufados de sectarismo ideológico e intolerancia, y anuncian concentraciones para boicotear el acto académico.

Tratar de entrar en razones para justificar la concesión de la distinción a Ayuso es hacerle el juego la extrema izquierda, porque siempre va a colocar por encima de cualquier argumento su pensamiento totalitario y excluyente y que se reduce al hecho que alguien que está en las antípodas ideológicas del socialcomunismo no puede ser distinguido por una universidad pública.

Qué terrible ironía: la misma izquierda que acusa a las decenas de miles de personas que participaron en la manifestación del sábado en Madrid de ser la expresión de la sociedad excluyente, pretende impedir que todo aquel que no esté en sus coordenadas ideológicas pueda ser distinguido con un título meramente honorífico y que tiene la trascendencia de subrayar que los galardonados -personas de reconocida trayectoria -cursaron estudios universitarios en la Complutense. La cacería contra Ayuso es la prueba del nueve de la inquina que mueve los impulsos de una izquierda reaccionaria y mezquina, totalitaria de la cruz a la raya, que pretende imponer su particular código de valores para que todos aquellos que no participan de su visión de la sociedad sean excluidos de por vida.

Ayuso encarna los valores que más detesta la izquierda, empezando por su arrojo para llamar a las cosas por su nombre y no plegarse al relato del socialcomunismo. Es por eso que la han puesto en la diana. Su reacción les retrata. En la sociedad que ellos conciben no caben quienes se apartan del pensamiento único. De ahí que promuevan el boicot contra una distinción de una universidad pública que conciben como un gueto. Son los guardianes rabiosos del comunismo.

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