La espléndida propuesta de liberalizar las ITV
Magnífica iniciativa la de Vox de liberalizar la gestión de las ITV, ahora mismo en manos del Consell de Mallorca, para dejarla en manos privadas. Las razones para privatizar este servicio caen por sí mismas. En primer lugar, por la lentitud del servicio como ponen de relieve las larguísimas listas de espera que han llegado a alcanzar los 80 días, con el riesgo añadido para la seguridad vial de los conductores que se ven obligados a circular durante semanas con la inspección caducada, precisamente el fin que se quiere evitar a toda costa. En segundo lugar, por la revitalización económica que una medida de estas características supondría para decenas de talleres mecánicos al borde de la extinción y que en algunos casos ya realizan las llamadas inspecciones pre-ITV. Y en tercer lugar, por el ahorro que va a suponer para el contribuyente mallorquín.
La propuesta de Vox está destinada a hacer del amargo trance que supone ahora mismo pasar la ITV un trámite mucho más cómodo, más rápido, más seguro y más barato, impulsando al mismo tiempo la actividad económica con la generación de centenares de puestos de trabajo.
Le ha faltado tiempo a Més per Mallorca para mostrar su “rotundo” rechazo a la liberalización del modelo de gestión de la ITV, escudándose en su acostumbrado estatismo, en su inveterada ignorancia de la ciencia económica y en la mentira pura y dura. El líder de Més per Mallorca, Jaume Alzamora, ha aseverado que «todas las privatizaciones de los servicios públicos han supuesto un incremento del coste del mismo que siempre terminan pagando los ciudadanos», lo cual es una falacia sideral con la que los socialistas de todos los partidos pretenden engañar a los ciudadanos y que hemos podido comprobar en las últimas semanas con la supuesta «gratuidad» del transporte público, como si no lo pagáramos todos los contribuyentes vía impuestos.
La tasa de la ITV en Mallorca que los conductores pagan directamente (subrayamos, directamente) en cada una de las cinco estaciones de servicio que tiene el Consell es, en efecto, una de las más bajas de España pero ello no significa que su coste real no sea mucho más alto y, por supuesto, superior a lo que valdría su costo de mercado.
La tasa directa que se paga en la estación de la ITV sólo cubre aproximadamente la mitad del coste real del servicio dispensado, el resto lo pagamos los mallorquines vía presupuestos. Según los presupuestos del Consell de Mallorca para 2024, los ingresos por la tasa ITV suben a 10,91 millones de euros mientras que los gastos del servicio cuestan 19,096 millones de euros, casi el doble. Nada es gratis en la vida real, como pretenden engañarnos los alzamoras de turno, la cuestión está en quién paga el coste real del servicio, si lo pagan los usuarios o lo pagan todos los contribuyentes vía impuestos, la más injusta, esta última, de las soluciones.
Otra objeción planteada por Més per Mallorca es su preocupación por el futuro de los empleados contratados por la actual concesionaria que ahora mismo están prestando el servicio de la ITV. Més haría bien en despreocuparse en este sentido. De liberalizarse finalmente el servicio las decenas de talleres mecánicos que pasarían a prestarlo en un mercado de libre competencia serían los máximos interesados en contratar a estos empleados cualificados y con experiencia en el servicio siempre que éstos, naturalmente, ajustaran sus salarios al verdadero valor de mercado.
Esperemos que esta espléndida propuesta de Vox cuente con el respaldo de los consejeros del Partido Popular en la institución insular y que antes de terminar el cuatrienio se ponga en marcha para mayor comodidad, rapidez y seguridad de todos los usuarios, amén de contribuir a incrementar la actividad económica de un sector en crisis y repercutir en el usuario el coste real del servicio.