Distintas políticas dan distintos resultados
Entre el sábado y el lunes, hemos asistido a la presentación de las líneas básicas de por dónde irán los programas económicos de PSOE y PP. El Partido Popular lo hizo el sábado, con una jornada dedicada a la economía. El PSOE lo hizo el lunes, dentro de un pequeño documento que recogía otras medidas, además de las económicas.
Básicamente, ambos partidos mantienen sus propuestas de abril desde el punto de vista económico. El PP insiste en el gasto eficiente y dedicado a los servicios esenciales, los impuestos bajos, el cumplimiento de los objetivos de estabilidad, el reformismo y la libertad económica como palancas de incremento de actividad económica, empleo y prosperidad.
El PSOE vuelve a decir que va a revalorizar las pensiones con el IPC, promete subir el salario mínimo de nuevo, hasta que llegue al 60% del salario medio, y llega a insinuar que quiere introducir una especie de renta universal.
Pues bien, lo que tenemos sobre la mesa son dos propuestas diametralmente opuestas: una, la del PP, basada en los principios liberal-clásicos o liberal-europeos, cimientos del pensamiento liberal-conservador. Es la apuesta por la persona, por el individuo, como elemento que decide, trabaja, produce y genera actividad económica y empleo con sus decisiones.
La propuesta del PSOE se basa en el socialismo, más cercano en algunos casos a medidas más comunistas que a la socialdemocracia que en otro tiempo defendió: sus medidas populistas sobre el salario mínimo y sobre las pensiones deslizan al PSOE mucho más hacia las propuestas más socialistas y menos socialdemócratas que las que solía tener en tiempos pretéritos. Así, proponen un incremento importante de gasto, una subida de impuestos y una fuerte intervención en la economía, donde el individuo queda sometido a los dictámenes del Estado en muchos aspectos regulatorios del entorno económico.
Por tanto, los electores saben que cuentan con dos modelos, dos políticas económicas, diferentes: si apuestan por los impuestos bajos, gasto contenido y libertad económica, su política económica es la liberal-conservadora. Si, por el contrario, apuestan por un abultado nivel de gasto, elevados impuestos e intervencionismo económico, entonces su preferencia es el modelo socialista.
Ahora bien, si racionalmente se evalúan ambos modelos para tomar una decisión, entonces deberán, además, analizar los distintos resultados que consiguen dichas políticas, pues no son los mismos, y eso podemos verlo en el nivel de crecimiento, creación de puestos de trabajo, cumplimiento de déficit y deuda y prosperidad que se alcanzaron en los distintos períodos en los que ha gobernado cada partido: 1982-1996, 1996-2004, 2004-2011, 2011-mayo de 2018, mayo de 2018-actualidad. Miren cuando se consiguieron mejores resultados y se mantuvo la economía ágil, y cuando los resultados fueron peores y la economía languidecía. Ahí tienen una respuesta racional.