La diosa Ayuso y los inquisidores
Toda moneda tiene dos lados opuestos: adaptación a los tiempos e inadaptación a la época: hay quienes combinan su cargo con el de inquisidor, confundiendo tiempos y época, y embistiendo contra Isabel Díaz Ayuso, que tanta gloria ha traído a un PP en sus horas bajas, siendo de las pocas de la formación azul, con Cayetana Álvarez de Toledo, que hacen temblar a Sánchez, ese zumbado de marca mayor que conduce a España al abismo, irremisiblemente.
Lo más inteligente que le he oído decir a los inquisidores es lo que le soltó uno a la vicepresidente tercera, la tal Yolanda Díaz: “Si Sánchez dijo que el ex presidente Rajoy debía dimitir por un alza de la electricidad del 8%, ¿qué debería hacer ahora el Gobierno con un incremento del 200% en la tarifa?”. La gallega se tragó la empanada, porque lo suyo, por inepta, es tragar lo que le echen.
Casado valora, y mucho, lo que ha subido su partido gracias a que la diva de Sol fumigó con sus votos la Comunidad de Madrid para librarse durante dos años de “la izquierda caviar más hipócrita”, según ella define a los socialcomunistas. Casado, que no tiene un pelo de tonto, insta a eludir la guerra de celos para no convertir al PP en un nido de avispas, como el PSOE: “No le deis más pábulo a las habladurías”. Almeida y Ayuso tampoco entran al trapo de quienes pretenden enfrentarlos. Las guerras internas por el abuso de poder son cosa de esos trepas del sanchismo, los que adulan a un zumbado, desprecian a Cs y criminalizan a Vox. Almeida calla muchas bocas cuando asegura tener “muy buena relación, en lo personal y en lo político, con Ayuso”. Yo diría que inquebrantable.
Los inquisidores saben que el PP no está por hacerse la guerra a sí mismo: su único proyecto, realmente válido, que apoyan millones de españoles, es sacar al zumbado del agujero donde se oculta, La Moncloa. Y lo realizarán al 100%. Pues Casado se conforma con la presidencia del Gobierno y Ayuso es feliz siendo la diosa de Madrid. “No le deis más pábulo a las habladurías”.