Un día cualquiera en la España de Sánchez
Cada día tiene su afán, nos recuerda la Biblia. Y eso Sánchez no lo ha cambiado. Si espera usted un verano tranquilo, de aquellos sin más aspiración que cañita, tortilla, sopor, siesta, crucigrama, heladito y vuelta a empezar, en los que lo único molesto son las moscas y lo único interesante en los periódicos las crónicas de las fiestas de los pueblos, lo lleva claro.
He cogido la prensa un día al azar y esto es lo que hay: un expresidente autonómico del PSOE tiene que ingresar en prisión y en Ferraz se ponen nerviosos, si no lo indultan Guatemala y si lo indultan Guatepeor. Aunque, siempre cabe la solución sanchista que también sugiere algún medio: meter algún juez con un perfil más “abierto” en el Tribunal Constitucional y presentar un recurso. No hace falta que prospere (Griñán le importa a Sánchez lo mismo que usted o yo); basta que sea admitido y pasen las elecciones sin que el TC resuelva (así, ni indulto ni prisión). Y luego, ya, qué más da.
Casi todos los medios abren con ese tema salvo El País, ese periódico que llevó 169 veces los trajes de Camps a su portada, hoy no considera que esta noticia tenga el mismo nivel, incluso en el digital prefiere llenar la pantalla con un especial sobre el quebrantahuesos. Eso sí, luego editorializa sobre el tema, inculpando a los “gestores del programa” y exculpando a “los responsables políticos”. Ya, ya…
Mientras tanto, los indepes a lo suyo, con la inestimable colaboración del amic Iceta que les da el 85% de las últimas subvenciones culturales (ya sabemos que la cultura es fundamental para la ingeniería social) y encima les libra de Xavier Sardá, tras ser cancelado en Cataluña. RTVE, a razón de 180.000€ por programa, ha recuperado al periodista, que también la tele es clave para la ingeniería social y, como Sardá, pocos saben hacerlo.
También, en la misma mañana, puedo leer que la Generalitat impone comisarios lingüísticos en los centros educativos para evitar que se hable español en el comedor o el recreo, que el Gobierno da a los Mossos d’Esquadra el dinero que niega a Policía Nacional y Guardia Civil para generosas prejubilaciones, y que Sánchez retoma la reforma de la sedición en el Código Penal para atraer a los huidos a Cataluña y a ERC a los presupuestos. Para que digan que en la Mesa de Dialogo no se avanza en la normalización.
Sigamos, porque el ala podemita del Gobierno no quiere perder protagonismo y en un acto LGTBI subvencionado por Irene Montero (con su dinero de usted), unas drag queen se dedican a golpear con un bate de béisbol figuras de Ayuso y Abascal, en un ejercicio de pluralismo político y tolerancia que tanto caracteriza la nueva izquierda española.
Y, como le sobra dinero, también nos informan de que se ha gastado casi 100.000 euros (con su dinero de usted), en combatir “la violencia estética” que impide a las gordas ir a la playa sin acomplejarse por los cánones de belleza heteronormativos. Gracias a Irene seguirán yendo a la playa (¿antes no iban?), pero no creo que evite que sigan siendo gordas (salvo que ellas quieran, o salvo que el camarada Garzón se gaste otros 100.000 en advertirnos de lo malo que es untar). Pero lo que quiere Irene es que vayan sin complejo. Psicología de Estado.
Todo esto y más pasa en un solo día (el 28 de julio, por si quieren comprobarlo). Y mañana habrá más, pero como dice la Biblia no nos preocupemos del mañana, “el mañana se preocupará de si mismo. Cada día tiene bastante con su propio mal” (Mt. 6.34). Es lo que hace Sánchez que, también por las noticias de ese mismo día, sabemos que batirá su récord de vacaciones veraniegas: 20 días. ¿Será su último verano con cargo al contribuyente?
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