Los delirios de Pablo e Irene

Los delirios de Pablo e Irene

Una característica de Nietzsche, filósofo que vivió y escribió ‘Por encima del bien y del mal’, fue la capacidad de apasionarse con los problemas de su época para escapar a las limitaciones de su tiempo. Un nihilista, según él, “es alguien que prefiere creer en la nada a no creer en nada”. Enfermo de sífilis, mostró a los políticos del XIX la vía a las tinieblas y sus profecías sirvieron para definir a nuestros politicastros del XXI. “La igualdad de derechos podría convertirse, perfectamente, en la igualdad para violar tales derechos”. “Se tiene que pagar un fuerte precio por llegar al poder y el poder lo vuelve a uno estúpido”, resume los delirios de Pablo e Irene, en lo que se han convertido. “Todo el mundo es igual, quien se crea distinto camina por su propio pie al manicomio”.

Valga una muestra antológica de sus aforismos para hablar de este par de palurdos que han desprestigiado todas nuestras instituciones y enlodado la limpia fama que España disfrutaba en el mundo. Otro axioma de Nietzsche: “Desgraciados aquellos en quienes domina el impulso a castigar”. Castigar es el lema de Pablo e Irene y poner en solfa al Gobierno que les dio cuartel, su delirante obsesión. Sus sueños son expropiar La Almudena para instalar en la Catedral de Santa María la Real la tercera sede de Podemos. Los nuevos ricos están que lo tiran. Tras exprimir a la gente con tributos voraces y volver loco al pueblo con ideas arcaicas e imbecilidades mil, no les cuadran los planes. Nacieron vagos y se reciclan en inútiles. Van a por todas, cuando ya nadie cree en ellos.

Pablo e Irene recuerdan a esos matasanos medievales que lo único que diagnosticaban a ciencia cierta, era la muerte. Tal dúo prefiere diagnosticar la extinción del bienestar social a reconocer su fracaso. Sánchez cuenta las horas que le faltan para deshacerse de los delirios de esta ruin pareja. Engañar a Arrimadas, sumarla a su maquiavélico propósito para deshacerse de los susodichos y de paso, desestabilizar a Ayuso, es un truco de perdedor y le va a salir el tiro por la culata. Porque la presidenta de la Comunidad de Madrid va con la verdad por delante, da vida a los madrileños y se ha transformado en una política indestructible.

Arrimadas dudó de su papel de agente doble, se dejó seducir por un infatuado Sánchez y no cumplió su misión de dinamitar el Gobierno, aunque su presencia en Moncloa haya causado un ataque de histeria en los morados. Yo creía que los liberales eran más inteligentes y honestos que los social-comunistas. Pero la gente no es idiota y se entera de todo lo que ocurre. Por algo Vox, imparable, sube como la espuma. Pablo e Irene tienen los días contados, antes de vacunarse y largarse a Venezuela.

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