Del rumor al rubor

Del rumor al rubor

Aunque se dijera que el rumor es la antesala de la noticia, no pocas de estas últimas acaban en rubor, si con «b». Algunos de ellos se confirman más adelante, nada que objetar a su difusión, pero les puedo asegurar que en situaciones críticas como las que atraviesan los seis últimos clasificados de primera división entre los que se encuentra el Mallorca, hablar del trasvase de entrenadores de unos equipos a otros o siquiera, la baja de uno y la identidad de su sustituto representa un inconveniente serio.

No, no nos referimos a la pantomima de Xavi, Laporta y sus respectivas cortes, celestial una e infernal la otra, sino al efecto que el cambio o no de técnico cara a la próxima temporada produce en los jugadores que en las seis definitivas jornadas que restan para que termine la liga necesitan centrarse exclusivamente en cada una de sus confrontaciones y no enredarse en sus gustos personales para dentro de seis meses, coincidan o no con el criterio de las direcciones deportivas que, además de prevalecer, es bueno que se pongan a trabajar con tiempo.

Quizás a los jugadores veteranos y si ya han asegurado sus contratos, les afecte menos cualquier relevo continuidad, pero la reacción interior de los demás, con conversaciones pendientes con el mismo club o, por el contrario, pistas de sus agentes sobre posibles nuevos destinos, condiciones, etc, interfieren en lo que no tiene por qué convertirse en una concentración monjil de aquí al 26 de mayo, pero tampoco sembrar distancia en relación al presente y el porvenir que dependen precisamente de lo que pase en las fechas pendientes.

«Son rumores….., cantaba el chileno Antonio Prieto, en el año 1962,…. que solo causan dolor».

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