‘CorrupTebas’: suma y sigue
La progresión del salario del presidente de la Liga de Fútbol Profesional ha sido meteórica. En sólo 8 años, sus emolumentos anuales se han multiplicado por diez. No hay pandemia ni crisis que haya impedido que Javier Tebas disfrute de un sueldo estratosférico. En la temporada 2013/14, ingresó 348.000 euros; en la 20/21, 3.485.000. Progresión así no tiene precedentes y, lo que es más alucinante, se ha producido en un contexto en el que los ingresos de los clubes -que, al fin y al cabo, son quienes pagan a Tebas- han caído de cuajo. Mientras los equipos tienen que hacer equilibrios en la cuerda floja para cuadrar sus presupuestos, recurriendo a la bajada de sueldos de sus estrellas, los ingresos de Tebas crecen sin freno y alcanzan dimensiones propias de los ‘galácticos’. Si la gestión de Tebas se hubiera traducido en niveles de altísima rentabilidad para La Liga todavía podría tener sentido su millonaria retribución, pero ha sido todo lo contrario: los derechos del fútbol televisado están claramente a la baja y la competición española está en franca decadencia después de la salida de algunos de sus mayores referentes mundiales, como Messi o Sergio Ramos. Podría decirse que en La Liga lo único que sube -y de qué manera- es el sueldo de Javier Tebas, porque todo lo demás está en franco retroceso.
Resulta incomprensible que mientras los clubes españoles han tenido que ajustarse drásticamente al nuevo contexto provocado por la pandemia, llevando a cabo durísimos ajustes en sus estructuras, sigan pagando de manera pastueña el desmesurado salario del presidente de la Liga de Fútbol Profesional. Y que lo hagan, salvo contadas excepciones, sin rechistar. Es inaudito que lo que no tienen para sí lo tengan para pagarle una millonada a un personaje que hace y deshace a su antojo. Javier Tebas es como Juan Palomo, el solito se lo guisa y se lo come, mientras los clubes pasan mansamente por el aro de ‘CorrupTebas’.