Casado se salva en la prórroga

Casado se salva en la prórroga
  • Carlos Dávila
  • Periodista. Ex director de publicaciones del grupo Intereconomía, trabajé en Cadena Cope, Diario 16 y Radio Nacional. Escribo sobre política nacional.

En una noche de auténtica pesadilla marcada por un conteo de
consecuencias espeluznante, Pablo Casado no solo ha salvado los
muebles, sino que a última hora los ha abrillantado. Los resultados de
Madrid, en el Ayuntamiento y también en la Comunidad le han dado al
presidente del Partido Popular un cauce por el que seguir deambulando
durante los próximos cuatro años, la completa legislatura en la que va a
dominar, con mucha complejidad, eso sí, Pedro Sánchez. A última hora de
la tarde el futuro de Casado se daba por concluido en política; es más, en
esas horas desde el propio Partido Popular se daba por seguro que en el
Comité Ejecutivo que se celebra esta misma mañana, Casado no iba a
tener otro remedio que rendir su Presidencia y convocar un Congreso
Extraordinario. Se lo iban a pedir los antiguos acólitos de Sáenz de
Santamaría y, probablemente alguno de los llamados barones regionales
probablemente el presidente gallego, Núñez Feijóo.

Estos propósitos si los ha habido, que los ha habido, se han quedado en
agua de borrajas. En nada. La recuperación de Madrid es el bastión sobre
el que Casado va a construir su próxima andadura. En este Comité Casado
no solo presentará orgulloso más que probable conservación de
comunidades históricamente populares, por ejemplo Murcia o Castilla y
León, sino que presumirá de que el eterno pretendiente, los Ciudadanos
de Rivera, no le han sobrepasado, no se ha producido el famoso, letal para
el PP, sorpasso. No es poca cosa para un partido que a media tarde del
domingo se daba por perdido, casi entregado a una derrota descomunal
que, con cierta seguridad, iba a conducir a Casado fuera de la Presidencia
del partido.

El PSOE, Sánchez más bien, no puede arrogarse una victoria como la que
un cierto momento preveía. Sánchez se ha quedado con las ganas. Sus dos
candidatos de Madrid han fracasado, sobre todo el invento estúpido de
ese pobre Pepu Hernández que se ha comportado en campaña como un
candidato a palos del cual no podía esperarse nada bueno. Y nada bueno
ha ocurrido para un Sánchez que en muchas horas del domingo se vanagloriaba de acopiar todo el político en la mayor parte de España.
Sánchez tendrá que morigerar su tendencia absoluta a la egolatría tras
unos resultados que le han apartado de la gobernación en muchas partes
de España.

Como final, un reconocimiento a los dos candidatos madrileños que han
hecho posible todo los anterior. En las peores, contra todas las luces de la
razón, se han sobrepuesto a mil inconvenientes y hoy están al frente de
dos instituciones de las que se suele ayudar a otra recuperación: el
Gobierno de España.

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