Carril Vao: no es seguridad vial, es socialismo
Ni el carril Bus-Vao se creó con ánimo de mejorar la seguridad vial ni ahora se mantiene por ese motivo, pese a haberse demostrado la incongruencia de su existencia. El carril Bus-Vao es, en esencia, el espíritu del socialismo: prohibición, atentado contra la libertad individual y, sobre todo, afán recaudatorio. Existe un término en inglés muy adecuado: «It all boils down to money» que, traducido, sería algo así como «todo se reduce al dinero».
Al igual que sucedía con la absurda limitación de velocidad impuesta por Armengol y sus socios en la Vía de Cintura, las estadísticas demuestran que el carril Vao no sólo no ha mejorado la tasa de accidentes, sino que la ha empeorado. Sin embargo eso ya lo sabía el PSOE y le trae sin cuidado. También era consciente de que con su implantación iba a provocar colas kilométricas que no sólo convierten en una pesadilla cualquier desplazamiento en esa zona de la autovía en horas de entrada laboral, sino que sobre todo obligan a los ciudadanos que no tienen más remedio que ir por ese camino a un enorme sacrificio personal si no quieren llegar tarde al trabajo o a los colegios, con todo lo que eso implica.
No. Eso al socialismo le ha dado igual desde el principio. El socialismo consiguió con el carril Bus-Vao atar en corto a los ciudadanos imponiéndoles otra medida restrictiva -una más- que coartaba su libertad y, sobre todo, la entregó a la Dirección General de Tráfico una herramienta muy valiosa para aumentar exponencialmente la recaudación por vía impositiva. Como siempre basta con seguir el rastro del dinero, y el PSOE necesita mucho, muchísimo, para mantener como sea su elefantiásica red clientelar.
El siguiente paso es recurrir ante los tribunales, algo que no había podido llevarse a cabo hasta que no se publicara oficialmente en el BOE la decisión de la DGT al respecto, lo que ha sucedido hoy. Es bastante probable que la justicia le dé la razón al ejecutivo balear, pero demorará su decisión y eso es lo que busca el PSOE, que de momento seguirá con la caja registradora abierta imponiendo multas a todos aquellos ciudadanos que, desesperados porque corren el riesgo de perder el trabajo o porque sus hijos no llegan a tiempo al colegio, cometen el gravísimo pecado de saltar a un carril absolutamente inutilizado. Socialismo, no lo olviden.