Begoña Gómez y la mujer del César

Begoña Gómez

Lo de la mujer del presidente del Gobierno ya pasa de castaño a oscuro: forma parte de la comitiva que acompaña a Pedro Sánchez en la gira que le lleva a Kenia y Sudáfrica, pero la presencia de Begoña Gómez no fue confirmada hasta última hora y se ha evitado también dar detalles de la agenda que desarrollará en este viaje por África. Un continente que conoce bien por su cargo durante casi cuatro años como directora del IE Africa Center. Desde su puesto, Begoña Gómez ha mantenido un estrechísimo contacto con los países del continente, colaborando con sus proyectos de cooperación y formación de emprendedores. Además, está asociada a organizaciones africanas privadas y públicas para impulsar el desarrollo de los proyectos sociales en el continente y tiene entre sus objetivos promover el valor de África términos de «innovación empresarial». Su relación con el continente africano está en el punto de mira después del giro de 180 grados de Pedro Sánchez en relación con el Sáhara, al echarse en brazos de Marruecos, provocando una crisis diplomática con Argelia. Hay quienes, no sin razón, sospechan de que el cambio de Sánchez obedece a los intereses de su esposa en Marruecos.

Moncloa asegura que Begoña Gómez «viaja con el presidente, pero no existe agenda porque no ha sido elegida por el pueblo y, por tanto, no es representante oficial». De esta forma justifica que su presencia y su agenda en Kenia no hayan sido anunciadas, lo que alienta las sospechas de que la mujer de Sánchez se haya unido a la comitiva para, sirviéndose de su condición de mujer del presidente del Gobierno, impulsar sus negocios particulares. Moncloa, en lugar de practicar la opacidad, debería entender que, en una democracia, no puede mezclarse groseramente lo público y lo privado. Es aquello que decía Cayo Julio César: la mujer del César, además de ser honesta, debe parecerlo. Que Pedro Sánchez y Begoña Gómez se apliquen el cuento.

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