Alegato antiterrorista del hijo del etarra

etarra
  • Graciano Palomo
  • Periodista y escritor con más de 40 años de experiencia. Especializado en la Transición y el centro derecha español. Fui jefe de Información Política en la agencia EFE. Escribo sobre política nacional

En la semana que agoniza, dentro de la diaria orgía de paqueiradas que inunda el acontecer nacional, hemos conocido el alegato valiente e históricamente certero de un joven cineasta, Jon Viar, hijo de un terrorista (arrepentido) de ETA, que viene a poner algo de cordura y realismo respecto a aquella masacre continuada durante sesenta años y que ahora se trata de blanquear.

Viar sostiene, con conocimiento de causa, que tras el fin de ETA se ha impuesto el relato de los terroristas cuyos asesinatos (muchos) todavía están impunes. Cuando algunos políticos, caso de Zapatero, presumen de haber terminado con la banda asesina que también provocó el exilio y la diáspora de muchas docenas de miles de vascos, el cineasta afirma que ETA estaba derrotada «militarmente» por la Guardia Civil y el resto de Fuerzas del Estado. La organización criminal (cuyos herederos han recibido estos días en Bilbao al embajador chino como si se trataran de anfitriones inocentes) tuvo la suerte de encontrarse con un gobierno español que entregó la cuchara en busca de réditos políticos. ¿Recuerdan aquello de Zapatero, que a las 24 horas de señalar que la situación era mejor que ayer se encontró con una bomba en el aeropuerto de Barajas con sus correspondientes asesinados?

El columnista conoció de primera mano todo aquello. Vivió en primera persona los terribles «años de plomo» y contempló con sus propios ojos cómo los criminales de ETA se llevaban por delante la vida de unos y otros. La persona que fue condenada por «señalar» a las víctimas que luego sus colegas etarras remataban fue recibida hace escasos días con honores por Sánchez en el Palacio de la Moncloa.

La historia de aquel genocidio está todavía por escribirse en sus trazos gruesos e incluso en su letra pequeña. Por eso es tan valioso el descarnado alegato de Jon Viar, hijo de un etarra arrepentido que también sufrió los rigores etarras por su arrepentimiento. Y lo es más por su juventud y porque su testimonio es memoria viva de algo que no puede olvidarse. Secuestraron, extorsionaron, asesinaron, violaron, si, pero en modo alguno pueden escribir ellos tan infamante historia. Con Zapatero o sin Zapatero. Con Patxi o sin Patxi.

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