¿Agitarán los sindicatos las calles contra Jeff Bezos?
Este fin de semana hemos visto la instrumentalización más sectaria que de las calles los sindicatos han realizado en los últimos años. Se nota que el cuerpo les pedía desde hace mucho tiempo salir en masa a protestar en la capital, pero había que elegir bien el objetivo de sus inquinas. No ha bastado la inflación, la subida galopante de precios, la peor gestión sanitaria de la pandemia y el empobrecimiento de los ciudadanos provocada por la nefasta dirección política de Pedro Sánchez, más preocupado en hacerle un traje a medida a los delincuentes golpistas del procés que en anteponer el interés general de los ciudadanos.
La sanidad pública es la gran preocupación para los liberados sindicales, comegambas y toda la masa borreguil que los acompaña, pero sólo la sanidad madrileña, no aquella donde gobiernan los socialistas en lugares como la Comunidad Valenciana, Aragón, Castilla-La Mancha o Baleares, donde los enfermos de urgencias se agolpan en los pasillos a la espera de que se les asigne una habitación. El CIS asegura que la crisis económica y el paro intranquiliza a un 37% de los españoles, que el Gobierno es la gran preocupación del 8,3% de los ciudadanos, que la corrupción lo hace sobre un 2,5% y que el empobrecimiento ciudadano preocupa a un 4,5% de españoles. Por el contrario, la sanidad sólo alarma al 1,4% de la ciudadanía, es decir, a un individuo de cada cien.
La capacidad de los sindicatos de manipular y reconstruir la realidad es atroz. A principios de noviembre el magnate Elon Musk anunció el despido del 10% de la plantilla de Twitter en todo el mundo. En cuestión de horas salieron a cacarear desde el Ministerio de Trabajo, desde la UGT y CCOO para advertir al nuevo propietario de la red social iban a estar atentos a que fuera a «cumplir escrupulosamente» la legislación española, como si la multinacional se hubiera planteado echar sin más a su personal como quien no quiere la cosa.
Hasta la propia ministra comunista, Yolanda Díaz, se atrevió una semana después a impulsar una inspección de trabajo en Twitter, aunque el total de despidos en España sólo haya afectado a 25 trabajadores. Todo un abuso de la izquierda gobernante que pone cualquier recoveco del poder a su servicio para perseguir a los adversarios porque a Sánchez y a su banda no les gusta Musk pues es de derechas y pidió el voto para los de Trump en las últimas elecciones de EEUU.
En frente de Elon Musk está Jeff Bezos, un referente para la izquierda millonaria mundial, una brújula para el globalismo occidental, el hasta hace poco hombre más rico del mundo y desplazado por el actual dueño de Twitter y Tesla. Bezos anunció este lunes el despido de 11.000 trabajadores de Amazon en todo el mundo, un 13% de su plantilla, cuatro veces más que el número de cesados en Twitter. El mismo día que se conocía esta noticia, Bezos contó a los medios de comunicación que tiene pensado donar casi toda su fortuna para luchar contra el cambio climático y a los creadores de las vacunas contra el Covid-19.
¿Puede adivinar cuál de las dos noticias fue la que los panfletos al servicio de Pedro Sánchez reflejaron en titulares? Efectivamente, la filantropía fake del dueño de Amazon. No sé cuál será el coste de los despidos de los 11.000 trabajadores que quiere poner en la calle pero probablemente sea mayor que el dinero anunciado que va a donar y que nunca sabremos si realmente lo hizo. Lo de los sindicatos y lo del dueño de Amazon es de libro, del manual del buen progre: «No te desalientes ante cualquier desafío, aplica el método de la nube de tinta de calamar, distrae la atención pública de los problemas de verdad y haz que la opinión pública mire hacia otro lado». A estas horas, seguimos sin ver reacciones de Yolanda Díaz y sus terminales sindicales sobre los despidos de Jeff Bezos.
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