#8M2019 Huelga Comunista
Baile de cifras. El año pasado, durante la huelga del 8 de marzo, la Delegación del Gobierno de Madrid afirmaba que alrededor de 170.000 personas se habían manifestado en la capital; frente a esto, las organizaciones convocantes y los sindicatos afirmaron que el seguimiento había sido secundado por 500.000 y casi 6 millones de trabajadores, respectivamente. Las verdad, cuesta creer que en España haya tantos comunistas como afirman los últimos colectivos citados. La otra posibilidad es que la mayoría de las mujeres que secundaron los paros y acudieron a esas manifestaciones no tuvieran ni la más remota idea de que, en realidad, no se trataba de una huelga feminista, como dicen, sino de una huelga comunista. Y eso que no lo ocultan.
El manifiesto de convocatoria empieza diciendo que toman “la calle con el propósito de subvertir el orden del mundo y el discurso heteropatriarcal, racista y neoliberal“. Un documento en el que, además, explican las razones –sus razones– para ponerse en huelga. En primer lugar, y así lo detallan, se manifiestan “contra una derecha que nos ha situado a mujeres y migrantes como objetivo prioritario de su ofensiva ultraliberal y patriarcal», así como “contra los tratados de libre comercio». En segundo lugar, convocan huelga para protestar «contra las leyes mordaza» y «las leyes de extranjería y los muros». Y tercer lugar, y suponemos que no menos importante para ellas, para que la «educación sea pública, laica y con currículos feministas y anticoloniales.”
De modo que, ante este argumentario, no tiene mucho sentido que usted se sume a ella si no es una radical de extrema izquierda. Hubo un tiempo en el que existió un movimiento feminista que luchó por conseguir la igualdad entre hombres y mujeres. Años en los que liberales como Clara Campoamor tuvieron que enfrentarse a socialistas como Victoria Kent o Margarita Nelken que no querían dejar votar a las mujeres. Las madres y las abuelas de las crías que hoy se tiñen el pelo de morado tuvieron que hacer grandes esfuerzos y sacrificios para que ellas se lo encontraran ya todo hecho. Por eso el ultra feminismo radical ha tenido que inventarse nuevas afrentas que justifiquen su existencia. Así, por ejemplo, se ponen en huelga “porque la justicia es patriarcal y pone en duda nuestra palabra. Porque no nos creen, porque cuando denunciamos que hemos sido agredidas se cuestiona nuestro testimonio». O también “porque nos imponen cuerpos imposibles y un canon estético occidentalizado con el que no nos identificamos: un cuerpo ni demasiado gordo ni demasiado delgado, blanco pero algo tostado, moreno pero no negro, exótico pero no extranjero, que parezca libre pero no en exceso, que sea atlético y funcional para el sistema, que sea femenino, pero sin pasarse. Un cuerpo que anula nuestra diversidad de formas de ser y estar en el mundo y que nos genera mucho sufrimiento. Porque ese modelo responde a los intereses del modelo capitalista y patriarcal” Sus razones se comentan solas.
Extrema izquierda, ultra feminismo radical y anticapitalismo furibundo que apenas tiene respuesta por parte de las mujeres a las que estos movimientos comunistas no representan, por miedo a ser llamadas fascistas si osan enfrentarse a su rabioso discurso único. El feminista es otro más de los colectivos que forman parte del marxismo cultural que intenta destruir las bases de la cultura occidental, como el animalista, el LGTBI, el ecologista, el multiculturalista, etc. Una vez superada la lucha de clases, el marxismo sigue pretendiendo dividir a la sociedad en grupos enfrentados que luchen entre ellos para seguir justificando la existencia de líderes como Pablo e Irene. Pero entre los intereses de las españolas no está que Iglesias y Montero vivan en un casoplón con jacuzzi y jardinero. Lo que de verdad nos interesa a la mayoría es que se nos ayude en nuestros problemas reales que son los de nuestras familias. Pero, en este contexto, no pierdan el tiempo buscando propuestas que ayuden a las familias porque no las hay. No es una huelga que intente beneficiar a las mujeres, es una huelga comunista.