El porno dignifica a la mujer… si es podemita
Voy a darle una idea a las azafatas del GP de Jerez que deseen seguir ejerciendo su libertad para trabajar en lo que quieren; tan sólo tienen que constituirse en el “Círculo Sororidad de Azafatas Feministas Empoderadas LGTBIQ+”. Sin más. No tendrán que cambiar sus taconazos ni su vestuario, que podrá seguir siendo tan corto y escotado como gusten. Tampoco necesitarán modificar sus maquillajes ni sus peinados, podrán seguir midiendo más de 1,75 y usar como mucho una talla 38. Todo eso ya será feminista, siempre y cuando dejen claro cuando las entrevisten que ellas sólo trabajan para “la gente” y que están en contra de “la casta”. Parece un chiste, pero no lo es en absoluto. Lo ha demostrado la actriz porno podemita Amarna Miller, la cual sigue haciendo el mismo cine porno cutre y machista de toda la vida, pero como ella dice que es feminista la nueva izquierda española, completamente desquiciada y analfabeta, aplaude con las orejas.
Todo esto viene a cuento de la resolución podemita que ha sido aprobada en el Ayuntamiento de Jerez de la Frontera con los votos de Ganemos Jerez, PSOE e IU. Podemos exige a la empresa organizadora del Mundial de Motociclismo —Dorna— que elimine las prácticas que utilizan el cuerpo de la mujer como «adorno y reclamo» para «captar la atención del público» en los eventos que promueva en el circuito de Jerez. Exigencia que ha sido apoyada por siete colectivos feministas de la provincia y que pretende erradicar “una costumbre injusta y denigrante que trata a la mujer como un simple objeto con evidentes connotaciones sexuales”.
“Evidentes connotaciones sexuales” tienen las ‘cariñosas’ palabras que Pablo Iglesias dedicó a Mariló Montero, a la que dijo que “azotaría hasta que sangrase”. O las de Pablo Echenique, cuando en una cena con altos cargos de Podemos canta “chúpame la minga, Dominga, que tiene sustancia”. Evidentes connotaciones sexuales tiene colocar a tu pareja en el puesto que le asegura un escaño en el Congreso de los Diputados y cuando la reemplazas, mandarla a la última fila, detrás de una columna y ponerte a la nueva al lado, de portavoz. Todo en Podemos apesta al más antiguo y cutre machismo ibérico, pero ellos a su machismo lo llaman feminismo y ya no necesitan hacer nada más.
Así Podemos fichó el año pasado a Amarna Miller, que previamente se había confesado podemita, para dar una charla sobre “sexo, porno y feminismo” en la sede social y cultural del partido en Madrid. Miller defiende su profesión como «un servicio tan válido como vender hamburguesas o llevar a un niño a que le cure un médico» y dice que «nuestro cuerpo es nuestro y hacemos con él lo que queremos». Además ha señalado que el feminismo no debería decir «qué es humillante y qué es denigrante». Puede decir todo esto porque es podemita, claro. Porque si estas mismas palabras se le ocurren pronunciarlas a una azafata del GP de Jérez se la consideraría una pobre víctima del ‘heteropatriarcado’ necesitada de protección contra sí misma. Pura charlatanería. Ser modelo es una profesión, como mínimo, tan digna como la de cualquier político y sólo a los ayatolas iraníes que financian a Pablo Iglesias les puede parecer mal que una modelo se vista de modelo. En realidad los que cosifican a las azafatas son los podemitas, porque nada resulta más humillante para una mujer que hurtarle su capacidad de elección. Cuando un podemita pretende decidir lo que le conviene o no a una mujer es cuando la convierte en un florero, o en una… paragüera.