1.000 millones más en impuestos y cada vez peor

1.000 millones más en impuestos y cada vez peor

Que a nadie se le olvide, llevamos casi 8 años de un gobierno de izquierdas en Baleares presidido por Francina Armengol. Digo esto porque cada vez que escucho hablar a este Govern parece que llevan pocos días gestionando el dinero público de los ciudadanos de las Islas. Como si acabaran de llegar.

Hoy el Govern de Armengol ingresa 1.000 millones de euros más que hace un año gracias a los impuestos que pagamos todos los ciudadanos, lo que hace absolutamente viable y más necesaria que nunca una bajada impositiva que llegue principalmente a las rentas medias y bajas. Se necesita una reforma fiscal atractiva y valiente, pensada para la inmensa mayoría de ciudadanos, como la que presentó en su momento el Partido Popular de Marga Prohens.

En este sentido, bajar impuestos ha sido la receta económica que han puesto en marcha diversos gobiernos europeos y autonómicos de todo color político, todos menos el de Sánchez y el de su alumna aventajada Armengol. La pregunta que me hago, y que muy probablemente se harán muchos de los lectores, es: ¿cómo puede ser que gestionando 1.000 millones de euros más respecto al año pasado estemos cada vez peor?

Nadie discute que el Ejecutivo autoproclamado como «el Govern de la Gent» sea un gran experto en eslóganes y propaganda. Como le dijo Guardiola a Mourinho en su momento, en eso son los putos amos. En lo de vender humo, digo. Porque si de lo que hablamos es de gestión, la cosa ya cambia.

El Govern con 1.000 millones más es el Govern con peor ratio de médicos. Con las mayores listas de espera. Con una situación dramática en Atención Primaria por falta de médicos. Nos cuentan que la situación sanitaria de Ibiza es muy buena y de calidad, mientras callan que el otro día centenares de pacientes y familiares de enfermos se manifestaban delante del Hospital de Can Mises. El Govern con 1.000 millones más saca pecho de su política en materia de vivienda y somos la comunidad más cara de España y en la que los ciudadanos tienen más dificultades para poder acceder tanto en régimen de alquiler como de compra.

Mientras todo esto pasa en Baleares, el Govern de Armengol vive encerrado en el bunker del Consolat y, cuando sale, pretende hablarnos de propuestas, de las maravillas que quieren hacer pero que no han hecho en ningún día de estos casi ocho años. Nos hablan de proponer que la jornada laboral sea de cuatro días semanales, nos prometen que el tranvía llegará a Calvià la próxima legislatura cuando ni siquiera ha llegado a Palma o de llevar el tren por todos los pueblos de Mallorca. ¿Con qué credibilidad pueden hacer estas propuestas? Si los problemas a la movilidad requerían de más metros de vía férrea, ¿por qué no han hecho ni uno más? No hay ni un solo motivo para creerles, ni más proyecto ni intención tras estas propuestas electoralistas que engañar de nuevo a la gente para ocupar la poltrona cuatro años más. No hay más.

A estas alturas Armengol y su gobierno, con el tiempo que llevan en política y tras ocho años gobernando de forma continuada, deberían saber que pisar la calle -respetando las normas, eso sí- es el mejor antídoto para salir de la burbuja que se crean en los despachos.

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