Comportamiento animal

Los zoólogos no dan crédito: estas aves solo hacen caca mientras vuelan, y además es bueno para el mar

Aves
Ave marina haciendo caca. Foto: Ilustración propia.

A pesar de varios años de estudios, hay especies de aves cuyos aspectos de su comportamiento que permanecen poco explorados. Entre ellos, la forma en que se deshacen de sus excrementos en mar abierto pasó por desapercibido para la ciencia. Ahora, gracias a observaciones realizadas en colonias marinas, un grupo de investigadores develó datos más que interesante.

Y es que esta investigación, que podría ser interesante para los amantes de la biología, describe un patrón repetitivo que no está motivado por el azar, sino por una dinámica estrechamente vinculada con la eficiencia del vuelo y la distribución de nutrientes.

¿Cuáles son las aves que solo hacen caca mientras vuelan?

El hallazgo, registrado en Current Biology, se desarrolló en islas remotas de Japón, donde los científicos observaron a las pardelas canosas (Calonectris leucomelas). Estas aves no liberan sus desechos mientras flotan en el agua, sino que lo hacen en pleno vuelo.

La investigación documentó que este comportamiento ocurre cada cuatro a diez minutos, lo que permite a los animales mantener su plumaje limpio y, al mismo tiempo, dispersar nutrientes en el mar abierto.

El equipo de la Universidad de Tokio, liderado por Leo Uesaka, no buscaba inicialmente estudiar este aspecto. El foco original era analizar cómo estas aves corrían sobre la superficie del agua para emprender el vuelo.

Sin embargo, al revisar las grabaciones, los investigadores notaron un patrón constante: las aves expulsaban excrementos con una frecuencia sorprendente. Lo que parecía anecdótico terminó siendo central para comprender su papel en la ecología marina.

¿Por qué este comportamiento es «bueno» para el mar?

Los excrementos de las aves marinas son ricos en nitrógeno y fósforo, elementos fundamentales para el desarrollo de fitoplancton y otras formas de vida microscópica. Si bien en tierra este guano ha sido utilizado históricamente como fertilizante, su efecto en el océano ha sido menos explorado.

El estudio indica que especies como las pardelas, con poblaciones que superan los 400 millones de individuos, liberan una cantidad significativa de nutrientes en zonas alejadas de las costas.

Este proceso puede sostener la productividad del océano abierto y recuerda al fenómeno conocido como «bomba de ballenas», en el que los cetáceos reciclan nutrientes a través de sus excreciones.

De este modo, lo que en apariencia es un simple desecho se convierte en un recurso clave para el equilibrio de las cadenas tróficas marinas. La dinámica revela cómo el comportamiento de millones de aves influye en la disponibilidad de nutrientes básicos para los ecosistemas acuáticos.

¿Qué tecnología usaron para seguir a estas aves?

Para comprobar la hipótesis, los investigadores colocaron diminutas cámaras en 15 individuos de la especie. Los dispositivos, del tamaño de una goma de borrar, registraron cerca de 200 eventos. En la mayoría de los casos, las aves se aligeraban de peso justo después del despegue, e incluso algunas llegaron a levantar vuelo solo para liberar los desechos y regresar de inmediato al agua.

Los resultados mostraron que prácticamente todas las excreciones ocurrían en el aire, con una sola excepción registrada sobre la superficie marina.

Este detalle apunta a que el comportamiento no es casual: las aves parecen evitar liberar desechos mientras flotan. Entre las razones sugeridas están el mantenimiento de las plumas, la reducción del riesgo de patógenos y la posible ventaja aerodinámica de volar con menos carga.

Además, se comprobó que cada ejemplar expulsaba alrededor de 30 gramos de excrementos por hora, lo que representa más del 5% de su peso corporal. Esa pérdida contribuye a optimizar el planeo, una habilidad clave para aves de alas largas y estrechas como las pardelas.

Implicaciones ecológicas y sanitarias

El impacto de este hábito va más allá de lo aerodinámico. Los millones de aves que habitan océanos y costas dispersan grandes volúmenes de nutrientes que, acumulados, pueden modificar la composición de ecosistemas enteros. El guano en alta mar puede estimular la productividad en zonas alejadas de colonias de cría, donde los nutrientes son escasos.

Sin embargo, el estudio también subraya una dimensión sanitaria. Los excrementos de aves pueden transportar patógenos como la gripe aviar. Al caer en áreas de alimentación compartida, podrían facilitar la transmisión de enfermedades entre diferentes colonias y especies.

Para los investigadores, este hallazgo refuerza la necesidad de seguir estudiando cómo los hábitos fisiológicos de las aves se relacionan con la ecología marina y la epidemiología. Uesaka anunció que en el futuro se planean estudios con cámaras de mayor duración y sistemas GPS, con el fin de cartografiar los puntos de mayor concentración de excrementos en el océano.

Así, lejos de ser un detalle menor, la forma en que estas especies hacen caca podría ser clave para entender la productividad y la salud de los océanos.

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