Coca-Cola apuesta por una gestión responsable del agua: por las personas y por el planeta
Pocos dudan hoy de que la economía del futuro debería ser verde; y cada vez son más los que piden aprovechar la recuperación económica tras la pandemia para salir de la crisis con un nuevo modelo productivo sostenible. Pero en esta ecuación hay otro color, el azul del agua. Y es que el uso responsable de este recurso es fundamental para combatir la más grave de las crisis: el cambio climático.
La escasez de agua es algo que nos preocupa a todos. Para garantizar el agua para el presente y para el futuro, gobiernos, instituciones, la sociedad y las empresas tienen que poner de su parte. Por eso uno de los pilares fundamentales de la estrategia ambiental de Coca-Cola es cuidar y conservar el agua.
Es por ello que Coca-Cola lleva años comprometida con la protección de los recursos hídricos. Y es que el agua es el ingrediente principal de sus bebidas, pero también es esencial para los ecosistemas y las comunidades en las que opera. Así, no solo trabaja para proteger las fuentes de agua que utiliza, sino también para reducir su consumo en la fabricación de sus productos y para devolver a la naturaleza el 100% del agua que contienen sus bebidas a través de diversos proyectos en zonas de gran valor ecológico.
Con este compromiso en mente en 2020 Coca-Cola implantó la nueva estrategia de agua 2030, con el objetivo de incrementar la seguridad hídrica en donde opera. Esta nueva estrategia refuerza el compromiso de reponer el 100% del agua que consume. También tiene el objetivo de impulsar una mejora de la eficiencia hídrica en los lugares con problemas de abastecimiento de agua con respecto a 2015 y aplicar planes de salud de las cuencas hidrográficas prioritarias.
Coca-Cola mejora su desempeño en la gestión sostenible del agua en sus procesos internos
Lo primero que hace Coca-Cola antes de construir una fábrica es evaluar el estado de los recursos hídricos del territorio en el que se pretende instalar. En ese análisis se valora la cantidad y la calidad del agua, así como los posibles riesgos derivados de fenómenos meteorológicos extremos o desastres naturales, siguiendo una metodología propia.
Identificadas las vulnerabilidades, se elabora un plan específico de protección de esas fuentes de agua. El objetivo es garantizar su disponibilidad para las comunidades locales y asegurar la viabilidad de la planta. Por otro lado, todas las fábricas que ya están en funcionamiento se analizan constantemente para ajustar sus planes de conservación del agua si fuera necesario.
Además de poner en marcha planes de protección del agua, otro de los objetivos de Coca-Cola es reducir su uso en la fabricación de las bebidas. De este modo, por ejemplo, Coca-Cola lleva años optimizando el proceso de lavado de los envases.
Muestra de ello es que ha conseguido disminuir notablemente el consumo en la limpieza de las botellas de vidrio rellenables, las que encontramos en bares y restaurantes, realizando ajustes en los inyectores de las enormes lavadoras que las ponen a punto para su posterior llenado.
Coca-Cola también ahorra agua reutilizándola. Un avanzado sistema permite reutilizar el agua de cada fase de lavado en la anterior sin comprometer la calidad. Previo tratamiento, el agua del aclarado final se usa para el aclarado, esta para el enjabonado y esta última para el prelavado.
En el caso de los envases de plástico, estos vienen limpios del proveedor, pero se les realiza una última limpieza antes de ser utilizados. Para ahorrar agua, en muchas plantas esta limpieza se hace con aire ionizado, mientras que en las que emplean agua, esta vuelve a usarse en otros procesos tras un pequeño tratamiento.
Las cifras corroboran estos esfuerzos ya que en 2020 todas estas acciones han permitido a Coca-Cola reducir el agua que consume por litro de producto final hasta un ratio de 1,81 litros. En conjunto, las acciones desarrolladas, en la última década han permitido reducir un 16,67%, el consumo de agua con respecto a 2010.
Una vez utilizada, el agua se somete a un tratamiento primario y secundario en la propia planta antes de emprender su camino a la depuradora municipal, donde recibirá el tratamiento definitivo antes de ser devuelta al medio ambiente. En algunas plantas esta agua se vierte directamente a cauce natural, en cuyo caso se depura de forma exhaustiva para garantizar que sea compatible con la vida acuática.
Coca-Cola devuelve a la naturaleza toda el agua que utiliza con proyectos medioambientales
Sin embargo, el compromiso de Coca-Cola con la protección de los recursos hídricos va más allá: cada año trata de devolver a la naturaleza el equivalente al 100% del agua contenida en sus bebidas. Para lograrlo, Coca-Cola ha desarrollado desde 2009, en colaboración con autoridades, ONG, universidades y otras instituciones, 10 proyectos de recuperación y reabastecimiento de agua, de los que 8 siguen activos.
Se trata de iniciativas para proteger entornos de gran valor ecológico gracias a las cuales, en 2020, consiguió reponer 3.642 millones de litros de agua, más de 10.000 millones de litros acumulados desde 2018, que representan el 149% del agua contenida en las bebidas que Coca-Cola comercializó en España.
Entre estos proyectos destaca “Misión Posible: Desafío Guadalquivir” que desarrolla Coca-Cola junto a WWF para mejorar la cantidad y la calidad del agua en el estuario del río Guadalquivir. Trece fincas de cultivos de cítricos del valle del Guadalquivir, 621 hectáreas en total, han participado en el proyecto consiguiendo un ahorro acumulado de 1.540.000 metros cúbicos de agua durante los tres años del proyecto.
A través de este proyecto se ha conseguido mejorar la cantidad y la calidad del agua a través de dos intervenciones principales: recuperar una marisma en Trebujena, en la provincia de Cádiz, y hacer un uso más eficiente del agua en las fincas de cítricos de la provincia de Sevilla.
Pero también cabe mencionar los centrados en la mejora del uso del agua en la agricultura. Es el caso de Cítricos Sostenibles, que busca que los productores de cítricos en España, sean o no proveedores de Coca-Cola, ahorren agua optimizando sus prácticas de riego, además de reducir emisiones de carbono a la atmósfera gracias a un menor uso de fertilizantes. Así en 2020 el ahorro conseguido fue de 676 millones de litros de agua en las 750 hectáreas de cultivo que se han trabajado.
En un mundo en el que los recursos son cada vez más escasos, solo la eficiencia y la innovación pueden ayudarnos a manejar ese capital natural de la mejor manera posible. Y en esa gestión sostenible cobra especial relevancia el agua, pues es la base de todo lo demás; el principio y el fin.