Francia y Marruecos vivirán una semifinal histórica por diversos motivos en el estadio de Al Bayt. Es la primera vez que un combinado africano alcanza la penúltima ronda de un campeonato del mundo y se tendrá que ver las caras contra un país que hasta mediados del siglo XX ha tenido una fuerte influencia en su territorio. Y es que, hasta el 2 de marzo de 1956, Marruecos no logró independizarse de Francia. Esto, en términos de historia, no es tiempo y ha provocado que esta semifinal supere los límites del fútbol justo cuando las relaciones entre París y Rabat están muy tensas.

La comunidad marroquí en Francia ya es la segunda más números tras la argelina, lo que está provocando que en muchas ciudades del país galo segundas y terceras generaciones, que ya son franceses de pleno derecho, se decanten por apoyar a Marruecos abiertamente, generando un clima complicado que ya ha llegado a la política gala y al resto de la sociedad. La celebración del pase marroquí a semifinales en las calles de París dejó a 42 personas detenidas.

El presidente francés, Emmanuel Macron, se desplazará el miércoles a Doha para apoyar a su selección. «Esto se trata de apoyar a los Bleus en lo que será un momento importante del deporte francés y de la amistad franco-marroquí», indicó un consejero de la presidencia. «Es importante que el presidente esté ahí para apoyar a los jugadores del equipo de Francia», agregó.

Un duelo inédito

A pesar de todos los vínculos que unen a ambos países, es la primera vez que se verán las caras en una competición oficial, aunque sí es cierto que se han medido en cinco ocasiones con un balance de tres victorias para Francia, un empate y un triunfo de Marruecos.

El primer partido se celebró el 5 de febrero de 1988 en el estadio Louis-II de Mónaco, que había sido elegido para albergar la final del torneo amistoso ‘Torneo de Francia’. Los franceses, dirigidos por Henri Michel, que no se habían clasificado para la Eurocopa de ese año, ganaron 2-1 gracias a un tanto de Yannick Stopyra.

En el último partido, el 16 de noviembre de 2007 en Saint-Denis, Henri Michel volvió a sentarse en el banquillo, pero esta vez con Marruecos. En un Stade de France abarrotado, hubo un empate (2-2). Raymond Domenech aprovechó este amistoso para ver en acción a jugadores jóvenes como Karim Benzema y Samir Nasri.

Entre medias, los franceses viajaron a Casablanca para disputar el torneo Hassan-II: ganaron el trofeo en junio de 2000 (5-1) y, dos años antes, perdieron en la tanda de penaltis en mayo de 1998 (2-2, 5-6 en la pena máxima), justo antes de proclamarse campeones del mundo. El otro amistoso se celebró en enero de 1999 en Marsella, y Youri Djorkaeff marcó el único gol del partido.

Viejos conocidos

Francia también se enfrenta a un equipo que tiene varios jugadores nacidos en Francia, como el capitán Romain Saïss y el extremo del Angers Sofiane Boufal. Además, Walid Regragui, seleccionador marroquí, nació en la región parisina de Corbeil-Essonnes y ha desarrollado casi toda su carrera profesional en Francia, en el Toulouse, el Ajaccio y el Grenoble.

Por otro lado, Achraf juega en el PSG, aunque sus orígenes son españoles. Además de Boufal, otro jugador del Angers que está en las filas marroquíes es el centrocampista Azzedine Ounahi, de 22 años, una de las revelaciones del torneo. El defensa Achraf Dari milita en el Brest, mientras que Zakaria Aboukhlal juega en el Toulouse FC.