Un jefe del CNI reconoce a Villarejo que Martín Blas fabula sobre su relación con el ‘Pequeño Nicolás’

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Manuel Cerdán

La grabación de la conversación, que hoy reproduce OKDIARIO, entre José Villarejo y Juan Puerto, uno de los altos cargos más significativos del CNI, deja en entredicho que el comisario de la operación Tándem mantuviera una relación con Francisco Nicolás Gómez Iglesias, conocido popularmente como el Pequeño Nicolás. El jefe de uno de los departamentos más importantes de los servicios secretos reconoce durante su interlocución con Villarejo que los primeros informes del también comisario Marcelino Martín Blas eran una fabulación.

Villarejo grabó su conversación con el espía Juan Puerto el 4 de febrero de 2015 después de que éste le llamara para solidarizarse con él tras las filtraciones policiales de Asuntos Internos sobre sus relaciones con el Pequeño Nicolás. Martín Blas, entonces jefe de la Unidad de Asuntos Internos (UAI), la destinada a investigar a los policías corruptos del Cuerpo, de manera obcecada -casi enfermiza- pretendía vincular a Villarejo con el joven madrileño a partir de unas fotografías que sus agentes habían realizado a un anciano que nada tenía que ver con el comisario de la Tándem.

La versión del jefe de la UAI era que el supuesto Villarejo se dirigía a una inexistente cita con el Pequeño Nicolás. Y para ello, Martín Blas no dudó en inventarse un encuentro secreto entre el comisario y el joven, que ya era investigado por la petición que la vicepresidenta del Gobierno había hecho a Félix Sanz Roldán, el Fouché de los servicios secretos españoles. Martín Blas no dudó en judicializar aquel informe falso a pesar de que sus superiores, previamente, le habían advertido de que el anciano de 80 años no se parecía en nada a Villarejo.

La mayor parte de la conversación entre Villarejo y el jefe del CNI discurre sobre las maniobras del comisario de la Unidad de Asuntos Internos para criminalizar a su compañero de Cuerpo.

-José Villarejo (V): ¿Has visto lo que te he dicho? He localizado al jubilado que Marcelino dice que soy yo.

-Juan Puerto (P): Mira, yo esta mañana, cuando la he visto. ¿Sabes? Cuando la he visto, he hablado con Salva y le he dicho: ‘Salva, este no es Pepe’. ¡Pero, joder, ¿quién se puede confundir?

-V: Pero mira, Juan, mira si es cretino el tonto éste que ha cogido, o sea, ha visionado las cámaras de varios días y se ve a la misma hora a este señor, que tiene 81 años, con un amigo suyo también jubilado, paseando cuatro perros. A las siete.

(El diario El Mundo entrevistó unos días después al anciano que aparecía en las fotografías de Martín Blas y que nada tenía que ver con Villarejo, resolviendo el entuerto).

-P: Yo he visto lo que salía hoy y le he dicho a Salva, nuestro amigo: ‘Salva éste no es nuestro amigo’ y dice ‘no, claro que no’. Se ve muy mal, pero no es. No tiene su envergadura.

-V: Pero si él (Marcelino) lo sabe . El mismo día habló con el DAO (Director Adjunto Operativo de la Policía) y éste le dijo: ‘Oye, que este no es Pepe, déjate de tonterías’. ‘Que no sé qué, que no se cuánto’, le contesta Marcelino. Si a alguien de los que están contigo se le ha metido en la cabeza, te digo que yo no conozco al Pequeño Nicolás. Te doy mi palabra de honor. Que no le he visto en mi vida, que no le he visto en mi vida. De verdad… No he hablado con él en mi vida, no le conozco, no sé nada. Por lo tanto, todo lo que es este show, que ha montado el cretino este es simplemente para quemarme, para quemar mi infraestructura, que llevo 30 años con ella, para poner en riesgo a todos los colaboradores.

-P: Pero ahí tu dirección tendrá que estar contigo. Vamos.

El teniente coronel del CNI no se equivocaba. Su apoyo a Villarejo contra las maniobras de Martín Blas coincidía con la postura del DAO de la Policía, Eugenio Pino, que había nombrado a Marcelino Martín Blas como responsable de la Unidad de Asuntos Internos y lo destituyó de manera fulminante, con el apoyo del Ministerio del Interior, tras los informes falsos del jefe de la UAI. Sobre todo, porque había puesto en riesgo otras operaciones de mayor envergadura que Villarejo realizaba en aquellos momentos como agente encubierto.

Las fotos fake de Villarejo coincidían con otro frente abierto por Martín Blas en el seno de la Policía. Las pesquisas sobre la filtración de una grabación de un encuentro secreto de agentes del CNI con Martín Blas y su equipo para tratar de manera encubierta y extrajudicial la investigación sobre el Pequeño Nicolás, propiciada desde La Moncloa. El jefe de la UAI, que quedaba en evidencia, señaló a Villarejo como el responsable de la reproducción de un archivo sonoro en el diario infoLibre y su difusión en otros medios de comunicación, que propició la apertura de una causa que sienta ahora en el banquillo a Villarejo y otros encausados.

Villarejo le contestaba al agente Puerto sobre el respaldo de sus jefes en Interior:

-V: Totalmente. Ya lo han hecho, ya lo han hecho. Y con el secretario de Estado (Francisco Martínez) con el que sabes que tengo relaciones, me ha dicho que esto se ha acabado, que Cosidó (el entonces director de la Policía y hombre de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría) lo ha protegido hasta ahora (a Martín Blas), pero que esto se ha acabado. Y todo porque le está haciendo cuatro maldades a Cosidó, ya sabes, cuatro gilipolleces que me parece muy bien. Allá él, pero que no me meto en la historia.

Y Villarejo sigue insistiendo en las maniobras de Martín Blas contra él:

-V: Ya verás mañana cuando salga en el periódico el señor jubilado que tiene 81 años, que todos los días, a las 19:00 de la tarde sale a pasear con el perro con un amigo suyo, con tres o cuatro perros. Y fíjate, este gilipollas ha cortado los perros, ha cortado al amigo, lo hace para no sé qué. Y dale igual, claro. Y además el tipo, el hijo de perra dice ‘como está operado de la espalda’, qué coño tienes que poner en un informe que está en el sumario mis temas personales y privados de mi enfermedad y de mis cosas. ¿No te parece alucinante?

-P: Sí, pero de todas formas es que esa persona no eres tú. Se lo decía a Salva: ‘Este no es Pepe’.

-V: Antes decía que yo era el del capuchón, el de la capucha del anorak, que se entrevistó con el otro (con el Pequeño Nicolás). Pero como vieron que no cuadraba, que no cuadraba, dijeron pues ahora otro: un tío que a las siete de la tarde pasaba por allí. No, no sé, el tema es esperpéntico. He hablado con su señoría, por cierto, correctísimo, el juez, correctísimo, donde le explicaba el tema: ‘Mire, señoría, lo están engañando. Es una maniobra de este señor (Martín Blas). Tenga cuidado con esto. La opinión que tengo del CNI es cojonuda. Total. Es una gente seria y este Marcelino es un loco. Lo que quiero es que tenga usted claro que está manipulando y que, como maniobra de distracción, le está metiendo a usted pruebas falsas’. El tío se ha quedado a cuadros. Me ha dicho: ‘Esto es muy grave’. Y le digo: ‘Claro que es muy grave, señoría’. En un sumario no se pueden aportar datos y pruebas falsas para involucrar a una persona con calzador. Oye, Juan, que te agradezco mucho tu llamada.

-P: Venga.

Y Villarejo aprovecha la oportunidad para enviarle un mensaje al general Sanz Roldán a través del agente secreto: «Habla con él. Habla con tu director. Yo no sé lo que puedes decirle pero aclárale que yo no soy enemigo. Todo lo contrario. Cuando necesites algo, lo que necesitéis».

La agenda de Villarejo

Sobre la grabación de la reunión de los agentes del CNI con Martín Blas, en una de las anotaciones de Villarejo en su agenda, el 5 de diciembre de 2014, se adelantaba a la verdad de lo acontecido sobre el encuentro entre espías y policías. El comisario transcribía lo que le había manifestado el teniente coronel Juan Puerto: «Se justificó diciendo que ellos no habían hecho la grabación y que era cosa de Marcelino», refiriéndose al jefe de la Unidad de Asuntos Internos, Marcelino Martín Blas.

El entonces DAO de la Policía, Eugenio Pino, ya declaró en el caso Nicolay que, cuando Martín Blas le presentó su informe contra su compañero, le hizo ver que aquel anciano que aparecía en las fotografías no se parecía en nada a Villarejo y le prohibió que oficializara su nota. Martín Blas desoyó las órdenes de su mando policial y la entregó al juez instructor de la causa. Días después El Mundo -como destaca Villarejo en la grabación- publicó una entrevista con el auténtico protagonista de las imágenes: un anciano que solía pasear a su perro por la zona de Vallehermoso. La insubordinación y el patinazo le costó a Martín Blas su puesto en la UAI, que él lo maquilló como una censura y un ataque de las cloacas de la Policía, como se encargó de publicitar durante un tiempo el diario Público. El comisario, que actuó más a favor del CNI que del Cuerpo Nacional de Policía, se dejó llevar por su odio a Villarejo y por su compromiso con el general Félix Sanz Roldán.

Sobre la grabación del encuentro entre policías y espías para tratar el tema de la investigación del Pequeño Nicolás, Marcelino Martín Blas llegó a reconocer, el 16 de diciembre de 2014, ante su jefe Eugenio Pino, que tiene como testigos a dos de sus colaboradores, que se había dejado el móvil abierto («Igual he sido yo», fueron sus palabras). Marcelino, a quien en la Policía lo conocían con Trotón y Platero, soportó una reprimenda de sus superiores mientras recibía la orden de judicializar el tema y mandar la grabación al Juzgado de manera inmediata. Eugenio Pino le llegó a ordenar: «Judicializa la grabación ya o te arranco la cabeza». El comisario, en lugar del original -un pendrive que le habían entregado dos periodistas, a quienes luego señaló como «cloacas» de Villarejo-, aportó una copia en cd con la grabación. Ese pendrive, cuyo archivo no correspondía al cien por cien con el contenido del cd, nunca fue depositado en el Juzgado y desapareció más tarde.

Martín Blas, además, siguió usando su móvil durante casi dos años hasta que fue peritado, cuando lo normal habría sido que hubiera sido depositado en el Juzgado como una prueba más. Durante ese tiempo pudieron borrarse elementos claves para la investigación. Sobre todo, porque el comisario Marcelino se quejaba de que su teléfono había sido interceptado.

Guinea: el punto de arranque

Villarejo iniciaba su conversación con el espía Puerto con otro asunto que habían utilizado el director del CNI, Félix Sanz Roldán, y el comisario Martín Blas para penalizar al comisario: sus supuestos negocios en Guinea con el Pequeño Nicolás, una información que publicó el diario de Jaume Roures, Público, siempre muy ligado con los servicios secretos del general de cuatro estrellas.

-V: Reiterar lo dicho. Que soy amigo vuestro, que no quiero líos, joder.

-P: ¿Por qué lo dices?

-V: Marcelino ha dicho que tiene un informe vuestro donde me implica con Guinea y con no sé qué o no sé cuánto.

-P: ¿Nuestro? ¿Nuestro?

-V: Sí, sí, sí, sí, sí. Sí que hay un informe donde yo estoy con gente de Obiang blanqueando dinero no sé qué y que es un informe vuestro que me implica y que no sé.

-P: No. Ni idea. No, no, no.

-V: Que este chico de verdad está loco (Marcelino Martín Blas). O sea, es un paranoico y os va a complicar la vida. Y yo no quiero, de verdad, no quiero. He presentado una denuncia, como habéis visto, donde no os menciono para nada.

-P: La de hoy, ya lo sé. El artículo lo he leído. Para nada. He llamado a Salvador esta mañana y le he dicho: ‘Salvador, ¿has leído esto?’. Y para nada. No hay nada

-V: Si quieres te la mando. Me das una dirección y te mando la denuncia para que veas en las dos páginas que no os menciono en absoluto. No quiero, o sea, quiero diferenciar perfectamente. Sois una institución a la que respeto un huevo. Sé que os jugáis la vida todo el día en sitios duros y tal y cual. Por lo tanto, yo no soy competencia ni soy enemigo de nada.

-P: Sí, ya lo sé.

-V: Pero díselo al jefe (Sanz Roldán). Yo asumo que escribí, en su día, una nota muy cabrona, lo reconozco. Donde dije que faltaba pasta de los periodistas del secuestro. Bueno, de acuerdo, lo hice cabreado por el tema de Carlos (el comisario Carlos Salamanca y la operación Emperador) y tal, pero ya me desdije del tema, hablé con Paco (el secretario de Estado, Francisco Martínez), hablé con el ministro (Jorge Fernández Díaz), luego nada, pero tronco ya lo he dicho, lo que necesitéis. Me sabe mal que este capullo de Marcelino, que es un loco, que es un loco, coño, os quiera meter en la historia y quiera que yo haga un frente contra vosotros, que no lo voy a hacer de verdad.

-P: Vale, vale, vale.

Durante la instrucción del sumario de la operación Tándem la defensa de Villarejo aportó unos emails cruzados por Villarejo con los responsables de una red oculta de los servicios secretos. Se comunicaban para temas antiterroristas, principalmente, a través del dominio areatec.com, perteneciente al CNI. Con esas pruebas pretendían demostrar que, en 2015 y desde mucho antes, cuando le investigaban por sus supuestas relaciones con el Pequeño Nicolás y Guinea, Villarejo le pasaba información reservada de todos sus temas a sus interlocutores de La Casa, como también se conoce el CNI, entre ellos a Juan Puerto.

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