Un imputado de Gürtel usa un testaferro para ocultar a la Justicia un negocio de 600.000 euros

Martin Morales
César Tomás Martin Morales, imputado por la trama Gürtel

Un imputado de la trama Gürtel, César Tomás Martín Morales, se sirve de un testaferro para ocultar a la Justicia un negocio que factura 600.000 euros anuales.

Martín Morales está acusado de blanqueo, cohecho, malversación, prevaricación y asociación ilícita en una pieza de la red Gürtel que instruye el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz.

Hasta su dimisión, en marzo de 2009, fue director general del Ayuntamiento de Boadilla del Monte y consejero delegado de la Empresa Municipal de Vivienda y Suyelo (VMVS), bajo la alcaldía de Arturo González Panero.

Ya en los informes de la UDEF fechados en 2008 se le citaba como uno de los «conseguidores» del cabecilla de la Gürtel Francisco Correa en los ayuntamientos de Boadilla y Arganda del Rey.

Una fianza de 1,5 millones de euros

Además de su despacho de abogados situado en la calle Velázquez de Madrid,  es propietario de inmuebles en Jávea –una vivienda de 109 metros cuadrados que fue embargada por el juez para responder de una fianza de un millón y medio de euros–, Getafe, Laredo, Motril y Madrid, donde posee una vivienda de 182 metros cuadrados en la calle Alcalá, entre otras propiedades.

Pero además, es titular de un lucrativo negocio en el que habría invertido los ingresos ilícitos procedentes de su relación con la red Gürtel, y que ha ocultado a la Justicia a través de un testaferro.

Se trata de la cadena de tratamientos de salud mediante electroestimulación Funfit Global, que cuenta que centros propios en la calle Claudio Coello, en la Moraleja Green, en el centro comercial Moda Shopping, en Pozuelo de Alarcón y en las tiendas de El Corte Inglés de la calle Princesa y de Santander.

Pagos desde su cuenta corriente

César Tomás Martín Morales simuló en el verano de 2014 que vendía la empresa Funfit Global a un testaferro, Jorge Juan Ruiz, que en ese momento se encontraba en paro.

Según la documentación a la que ha podido acceder OKDIARIO, Martín Morales paga al testaferro 1.000 euros al mes para que figure sobre el papel como propietario de esta cadena de centros de estimulación.

Una de las pruebas de que el imputado de Gürtel sigue siendo propietario de este negocio es que, más de un año después de la venta simulada, seguía pagando las nóminas de los empleados de Funfit desde su propia cuenta corriente, tal como acredita el extracto bancario que reproducimos en esta información.

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César Tomás Martín seguía pagando desde su cuenta corriente personal las nóminas del personal de Funfit, un año después de vender la empresa

En algunas de estas transferencias, correspondientes a los meses de septiembre y octubre de 2015, se especifica el concepto «pago parcial nómina FFG» (acrónimo de Funfit Global), mientras que en otras se indica el nombre de los beneficiarios, correspondientes a más de una decena de empleados de la cadena de establecimientos de salud.

El importe de los pagos oscila entre los 250 y los 700 euros, correspondientes al 50% del pago de las nóminas pendientes de los meses de julio y agosto del mismo año, cuando teóricamente Martín Morales llevaba más de un año legalmente desvinculado de este negocio.

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Nóminas abonadas por César Tomás Martín en octubre de 2015

Además, OKDIARIO ha tenido acceso a un escrito en el que un ex empleado de Funfit Global explica que, cuando teóricamente ya no era propietario del negocio, Martín Morales pasaba por los establecimientos de la cadena cada fin de semana para recoger la recaudación en efectivo de los servicios facturas a los clientes.

En diez meses, el imputado de Gürtel habría obtenido 150.000 euros en metálico por este procedimiento, entre mayo de 2014 y mayo de 2015.

Siempre según la misma documentación, los seis centros suman una facturación anual que ronda los 623.000 euros. La apertura de cada uno de estos establecimientos ha supuesto una inversión de 120.000 euros, por lo que el abogado y empresario habría invertido alrededor de 700.000 euros para poner en pie el negocio que, desde el verano de 2014, oculta a la justicia.

A estos seis establecimientos hay que añadir una red formada por más de una decena de franquicias que aportaban a César Tomás Martín Morales unos ingresos adicionales próximos a los 5.000 euros al mes, hasta que se desvincularon completamente de Funfit.

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