Vídeo Cristina Cifuentes

Un robo a 35 horas del inicio de la campaña de las autonómicas de 2011

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Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz Gallardón, en el acto de comienzo de campaña de las elecciones autonómicas y municipales de 2011. Foto: EFE | Última hora Cifuentes

La maquinaria electoral del PP se había puesto en marcha en la sede de la calle Génova, cerrando los último detalles de la campaña autonómica y municipal del 22 de mayo de 2011.

Cuando la candidata Cristina Cifuentes fue cazada robando dos botes de crema en un hipermercado Eroski del Puente de Vallecas, faltaban sólo 35 horas para el inicio de la campaña electoral.

Al día siguiente, el jueves 5 de mayo de 2011, la sede de la calle Génova acogía a las 23.30 de la noche el acto de apertura de la campaña, protagonizado por los cabezas de lista del PP a la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, y al Ayuntamiento, Alberto Ruiz Gallardón. El presidente Mariano Rajoy no asistió al acto, pues acudió a Sevilla a arropar al candidato a la Alcaldía Juan Ignacio Zoido.

En la lista autonómica encabezada por Aguirre, Cristina Cifuentes ocupaba un discreto puesto número 13, acorde con el papel, casi siempre alejado de la primera línea de la contienda política, que había desempeñado durante sus 20 años como diputada en la Asamblea de Madrid.

El principio del fin de Zapatero

Aquellas fueron unas elecciones especialmente trascendentes, que marcaron el principio del fin del presidente José Luis Rodríguez Zapatero y prepararon el terreno para la mayoría absoluta que Mariano Rajoy obtendría seis meses después, en las generales del 20N.

Justo un año antes, Rodríguez Zapatero se había enfrentado a la gran mentira. Tras negar una y otra vez la crisis que dejó en la estacada a millones de familias, Rodríguez Zapatero subió a la tribuna del Congreso un 12 de mayo de 2010 para anunciar un paquete de medidas económicas y recortes sin precedentes.

Apremiado por las autoridades de la UE, Zapatero anunció la congelación de las pensiones, una rebaja de sueldo de los funcionarios, recortes en las ayudas a la dependencia, la eliminación de su celebrado cheque-bebé y un tijeretazo de 6.000 millones en la inversión pública. Su suerte estaba echada.

De este modo, las elecciones municipales y autonómicas del 22-M, en las que el PP recuperó buena parte del poder territorial para sus barones, se convirtieron en un anticipo de la victoria electoral de Rajoy.

Iglesias parasitó el 15M

El malestar por los recortes hizo que, en plena campaña electoral, estallara el movimiento 15M con una acampada en la Puerta del Sol, coreando lemas como No nos representan. Un movimiento que luego ha intentado parasitar Pablo Iglesias y sus compañeros de la Complutense a través de Podemos.

Finalmente, aquella campaña electoral autonómica que se inició con Cristina Cifuentes encerrada en un cuarto de un hipermercado Eroski, en el Puente de Vallecas, se saldó con un éxito arrollador de Esperanza Aguirre: obtuvo para el PP 72 diputados en la Asamblea de Madrid, frente a los 36 de la candidatura socialista encabezada por Tomás Gómez, que no tardaría mucho en ser defenestrado por su partido.

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