La crisis de Ceuta llega en el momento de mayor debilidad militar de España frente a Marruecos
Los aviones F 18 de Canarias están obsoletos frente a los superiores F 16 marroquíes
El presupuesto de Defensa es de 9.411 millones de euros, mientras que Marruecos se ha gastado la mitad sólo en comprar helicópteros y blindados
El primer muro de defensa de España ante Marruecos presenta grietas. Los cazas F-18 del ala 46 en la Base Aérea de Gando, en Las Palmas, están siendo retirados por obsoletos. Marruecos lo sabe y por eso, con el permiso de Estados Unidos, país para el que -desde que Sánchez gobierna- no somos socios preferentes, aprieta en la frontera con Ceuta. Ahora mismo Marruecos, por mucho que nos pese, manda en el aire, aunque en el agua todavía la Armada Española sea superior. Los aviones F-18 obsoletos de Gando no han sido todavía reemplazados por Eurofighters (EF) y los «vecinos» del sur lo saben.
En su descarga hay que reconocer que los «halcones» o F-18 son, o mejor dicho, han sido nuestra mejor arma disuasoria frente al único enemigo que España puede tener ahora mismo, Marruecos. Pero esa arma está obsoleta después de que el Ministerio de Defensa alauita comprase veinticuatro F-16 a Estados Unidos en octubre de 2019. Nuestros «halcones» no son rival para los nuevos F-16, más rápidos, mejor armados y con mayor capacidad de maniobra en combate. Durante años, el Gobierno español ha ignorado esta circunstancia o no ha querido verla a pesar de los avisos de nuestros altos mandos.
Nuestra promesa de mejora son los 20-EF que ya deberían haber sido comprados por España, pero que no llegarán previsiblemente hasta 2025. Todo eso si Defensa termina de ultimar el contrato con Airbus.
Sin embargo, no está todo perdido todavía. 73 de estos EF ya están operativos en Albacete y Morón de la Frontera, aunque trasladarlos ahora a Canarias podría ser interpretado por Marruecos como un acto hostil y el Gobierno no quiere dar ese paso. Se trata de no molestar al vecino.
¿Cuál es entonces la solución? Cambiar los F-18 de Gando por sus gemelos de Torrejón de Ardoz o de Zaragoza, un poco menos anticuados pero igualmente ineficaces ante los veinticuatro F-16 de la Fuerza Aérea Real Marroquí.
A finales del pasado mes de abril ya hubo un primer roce entre España y Estados Unidos después de que la US Navy desplegase un portaaviones nuclear en aguas internacionales, pero cerca de aguas españolas, para un ejercicio militar conjunto con la fuerza aérea marroquí.
Entonces el Ministerio de Exteriores protestó pero la respuesta de la embajada americana en Madrid fue fría y distante: sus fuerzas armadas no estaban obligadas a comunicarse con los controladores aéreos españoles. No era la primera vez que Estados Unidos y Marruecos realizaban unos ejercicios conjuntos. En marzo ya llevaron a cabo la operación «Lightning Handshake», con ejercicios militares en tierra.
Cuando España compró los F-18 Hornet a Estados Unidos, a finales de los 90, eran aviones de segunda mano con miles de horas de vuelo. Se compraron 24 de los que sólo quedan 20 operativos en Canarias. Entraron en servicio a finales de los 90 pero no han sido actualizados desde su compra, al contrario que los que están en servicio en Zaragoza o Torrejón de Ardoz, en mejor estado que los canarios, que presentan un deficitario estado con motores que sufren humedad, la salitre del mar y la arena del Sahara desde hace más de 20 años.
Arena, mar y viento
De hecho el lema del Ala 46, del único escuadrón en la zona es, por algo, «Arena, Mar y Viento». El tiempo ha erosionado los sistemas electrónicos de los cazas canarios hasta convertirlos en claramente inferiores a un F-16 marroquí. Como el Gobierno de Sánchez no quería molestar a nuestro vecino marroquí trasladando allí algún Typhoon (EF) se ideó parchear las deficiencias de los F-18 intentando arreglar los cazas más válidos para que durasen hasta 2024. El resto se mandaron a partir de marzo de 2021 al desguace.
Todo esto lo sabe la inteligencia marroquí, que incluso hace unas semanas puso a prueba nuestra capacidad de respuesta durante unas maniobras conjuntas con Estados Unidos invadiendo ‘sin querer’ espacio aéreo español.
Nuestro sistema de Defensa los detectó y se activaron las alertas de respuesta rápida, pero los F-18 no pudieron interceptarlos. Los dos F-16 volvieron a territorio marroquí. Este juego del gato y el ratón es bastante más común de lo que los civiles tenemos conocimiento normalmente. Otro ejemplo: el pasado 4 de marzo dos SU-30 rusos invadieron espacio aéreo de la OTAN, en el mar Negro, y dos Eurofigthers españoles -de los seis con base en Rumanía al servicio de la Alianza- salieron en su persecución logrando que los SU-30 virasen en dirección norte noroeste, de vuelta a Rusia. Aquel día ganamos el farol a los rusos.