Turquía sigue atacando a los kurdos dentro de las fronteras sirias

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Un kurdo observa las ruinas de Kobane tras el asedio del ISIS. (Getty)

Los kurdos se esconden de Erdogan, pero Turquía cruza las fronteras de Irak y de Siria para perseguir sus tropas sin importar mucho los límites que separan las competencias de los Estados.

Un marcado aumento de la actividad militar turca en el área entre Ain Issa y Tall Tamer en el norte de Siria muestra la iniciativa de Turquía para seguir frenando a los kurdos. Según informan medios como Al-Monitor, una nueva concentración militar turca está en marcha en la región de Ain Issa, al norte de Raqqa, alrededor de la carretera clave M4, lo que aumenta las posibilidades de otra ofensiva turca para frenar a los kurdos sirios.

Se han estacionado vehículos militares, armamento pesado, radares y equipos de vigilancia remota en las áreas que forman la línea de contacto con las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) lideradas por los kurdos.  El Gobierno turco considera a las FSD como «terroristas» por sus vínculos con la guerrilla del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), activa en territorio turco.

Según fuentes kurdas, el ejército turco y los grupos rebeldes aliados han establecido puestos militares en la aldea de Saida, al norte de Ain Issa, así como en los alrededores de Tell Tamer y Zirkan. A principios de noviembre, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) informó que las fuerzas turcas también estaban estacionadas en Kaffifa, Ain Rummana, Tina y Al-Rabea, todas cerca de la autopista M4.

Una ofensiva lenta y sorpresiva que perjudica a Turquía

Ayer las fuentes militares kurdas y las ONG de la zona informaron de más de veinte muertos en las filas de los grupos proturcos. Por su parte, Mervan Qamishli, uno de los portavoces de las SFD, aseguró a Efe que hay «decenas de heridos civiles» por los ataques que tuvieron lugar en la ciudad de Ain Aisa, controlada por las fuerzas kurdas.

Aunque dijo no poder ofrecer cifras definitivas «porque los bombardeos continúan hasta ahora y las ambulancias no pueden llegar a algunos de los pueblos». «Este bombardeo no es nuevo en esta zona pero es el más intenso, además nuestras fuerzas se enfrentaron con ellos en decenas de lugares en paralelo al ataque», indicó Qamishli por teléfono.

Los enfrentamientos entre las fuerzas kurdas y las facciones sirias pro turcas son comunes desde que estos últimos invadieron, junto a soldados turcos, parte del noreste de Siria el pasado octubre en una ofensiva que duró dos semanas.

En paralelo, dos coches bomba explotaron en zonas del norte de Siria controladas por Turquía que previamente estaban dominadas por los kurdos, aunque hasta el momento nadie ha reivindicado la autoría de estos atentados.

Turquía no tiene intención de retroceder en su avance fronterizo

Después de la Operación Manantial de Paz, los silos de granos en el pueblo de Shergirak cerca de Ain Issa se convirtieron en la base turca más grande en las cercanías de M4. Turquía ha estado reforzando tanto las bases como los nuevos sitios, según el periodista kurdo Nazim Dastan. Según los informes, también se están cavando trincheras, canales y túneles cerca de Medrut, no lejos de Tell Abyad, Zirkan y las aldeas de Hoshan y Khalidiya a lo largo de la M4.

Refiriéndose a Saida, que ha sido una especie de zona de amortiguación de los enfrentamientos entre las dos partes, Dastan dijo: “Los funcionarios turcos se reunieron con los rusos hace un tiempo, pidiendo establecer una base militar en Saida. La respuesta de los rusos fue negativa.

En respuesta comenzaron a cavar trincheras y túneles y a erigir una torre de vigilancia. Ahora están usando el sitio para monitorear el M4 y Ain Issa». Según Rojava, Turquía ha intensificado simultáneamente el bombardeo de pueblos alrededor de Ain Issa y Tell Abyad. «La carretera se ha convertido en una travesía de saqueos, secuestros e intimidación» por parte de las milicias rebeldes alineadas con Turquía, explica Dastan.

Un centenar de activistas kurdos detenidos

La Fiscalía turca emitió la semana pasada una orden de detención para 101 personas, en su mayoría activistas y abogados kurdos, por supuestos vínculos con la organización terrorista Congreso de la Sociedad Democrática (TDK).

Todos los detenidos están acusados de tener vínculos con la organización civil TDK, una agrupación asamblearia de la izquierda kurda que defiende una descentralización de las regiones kurdas de Turquía basada en una visión federalista.

Los dirigentes del TDK son en su mayoría diputados o exdiputados del Partido Democrático de los Pueblos (HDP), con 56 diputados el tercer partido del Parlamento turco.

Las autoridades turcas, sin embargo, consideran el TDK el «brazo legal» de la guerrilla kurda de Turquía, el proscrito Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK), una guerrilla presente en varias provincias del sureste del país.

La portavoz del HDP, Ebru Günay, ha denunciado en una rueda de prensa en Ankara que la operación policial, que definió como «una masacre de la justicia», se produce solo días después de que el Gobierno prometiera reformas judiciales y ha exigido la inmediata liberación de los abogados detenidos.

Erdogan continuará con la lucha anti kurdos con o sin el apoyo de Estados Unidos

El presidente turco Recep Tayyip Erdogan planteó la posibilidad de llevar a cabo una nueva operación ya que Estados Unidos está ocupado con la transición presidencial.

Para Ankara, la asociación de Estados Unidos con las Unidades de Protección Popular kurdas (YPG) equivale a apoyar al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), el grupo armado que ha luchado contra Ankara durante casi cuatro décadas.

“Todavía hay áreas terroristas en Siria. O se limpian como se nos prometió o iremos y lo haremos nosotros mismos», advirtió Erdogan el 3 de octubre.

En otra advertencia a la comunidad internacional dijo que «se están realizando esfuerzos para establecer un estado terrorista. Turquía nunca permitirá la creación de tal estado a lo largo de sus fronteras. Haremos lo que sea necesario para drenar el pantano terrorista».

Turquía parece considerar constantemente la idea de lograr más avances sobre el terreno, aunque sea en territorio sirio o iraquí, mientras que el presidente Donald Trump, cuyas decisiones abruptas a menudo le han dado a Erdogan oportunidades para actuar, está preocupado por la transición de la Casa Blanca.

La derrota de Trump parece haber alterado un poco el cálculo de Ankara. Las advertencias de Erdogan han cesado desde que se aseguró la victoria de Joe Biden, pero la actividad militar de Turquía sobre el terreno se ha acelerado.

La perspectiva de que Turquía aproveche el alboroto de la transición en Washington para expandir la Operación Fuente de Paz no puede descartarse todavía. La enemistad declarada de Ankara hacia el autogobierno kurdo de facto en el norte de Siria permanece sin cambios.

Desde que descartó el proceso de diálogo y acuerdo con los kurdos en Turquía en 2015, Erdogan ha invertido un gran capital militar y de defensa en estas políticas, incluida su alianza con los nacionalistas de Turquía, que lo ayudó a instalar el nuevo sistema constitucional presidencialista en 2018.

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