El primer ministro británico se reúne con Biden para impedir la llegada de Sánchez a la OTAN
La primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, y el ministro de Defensa británico, Ben Wallace son los más firmes candidatos a la secretaría general
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La batalla por la secretaría general de la Alianza del Atlántico Norte (OTAN) se recrudece por momentos. Si Pedro Sánchez pensaba que tenía opciones para acceder a dicho puesto en caso de, como apuntan las encuestas, salir derrotado de las elecciones del próximo 23 de julio, el desarrollo de los acontecimientos de esta semana no beneficia para nada la candidatura del presidente del Gobierno español.
Dos de los más firmes candidatos que siempre han estado en las quinielas desde un primer momento, la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, y el ministro de Defensa británico, Ben Wallace, han sido llamados a capítulo esta semana por quién tendrá la última palabra en el nombramiento: el presidente estadounidense, Joe Biden.
En el caso de la primera ministra danesa, se reunió el pasado lunes con Biden en la Casa Blanca. Frederiksen estuvo en Washington el lunes donde mantuvo una larga reunión con el presidente de EEUU. Hasta el momento ella ha negado ser candidata al puesto más alto de la OTAN y siempre ha enfatizado que está feliz de ocupar la presidencia del consejo de ministros de Dinamarca. Pero como opinan los expertos, si Biden le pide que asuma dicha responsabilidad, es muy difícil que diga que no.
A su favor tiene el gran apoyo militar prestado a Ucrania. Por ejemplo, ha dado ya 40 tanques Leopard, cuatro veces más de los ofrecidos por el Gobierno de Pedro Sánchez. De acuerdo con el Instituto Kiel de Alemania, Dinamarca ocupa la duodécima posición en ayuda militar, financiera y humanitaria a Ucrania en términos absolutos, mientras que España está cuatro puestos por debajo. Si lo traducimos a porcentaje del PIB, la contribución española es mucho menor situándose en el puesto 26 (0,06% del PIB) frente al puesto 12 de Dinamarca (0,3% del PIB).
Por otro lado, diferentes analistas consideran que dado que nunca ha habido una secretaría general ocupada por una mujer, los estados miembros, capitaneados por EEUU, verían con buenos ojos esta opción. Otro elemento a su favor es la situación interna que se vive en la vida política danesa donde no existe ninguna crisis. Sin embargo, en el caso español Sánchez se ha visto obligado a convocar elecciones anticipadas ante la ingobernabilidad e imposibilidad de llegar a acuerdos con sus socios comunistas en el Ejecutivo.
Antes de la cumbre de Vilna
El tiempo apremia y todo apunta a que Biden quiere dejar el tema de la sustitución del actual secretario general, Jens Stoltenberg, antes de la cumbre de Vilna que tendrá lugar a mediados del mes de julio.
Este jueves el otro candidato que aparece bien posicionado en las quinielas, el ministro de Defensa del Reino Unido, Ben Wallace, ha sonado en las conversaciones que su jefe de gobierno, Rishi Sunak, ha mantenido con su homólogo estadounidense en Washington. Si bien el motivo principal del encuentro era la situación de Ucrania, a nadie se le escapa que Sunak intenta promover la candidatura de su titular de Defensa.
De hecho, en una conferencia de prensa del pasado lunes, el propio Sunak subrayó que Wallace es «fantástico». Añadió que su miembro de gabinete es admirado por sus colegas de todo el mundo, el Reino Unido siempre ha sido uno de los grandes contribuyentes de la OTAN y ha alcanzado el objetivo del 2%, asignatura todavía pendiente en el caso español. «Hemos dirigido operaciones de la OTAN y somos percibidos como líderes», concluyó.
El principal problema que tiene Wallace es que, a pesar de que EEUU y el Reino Unido tienen lazos muy estrechos, el hecho de ya no pertenecer a la UE lo complica todo.
Aparte de Ben Wallace, Mette Frederiksen y Pedro Sánchez, otros nombres que están sobre la mesa son el primer ministro holandés, Marc Rutte, la primera ministra de Estonia, Kaja Kallas e incluso la presidenta de la comisión europea Ursula von der Leyen.
Sobre la primera ministra de Estonia, la propia Kallas ha reconocido que «es muy improbable» que le ofrezcan el puesto, pues entre otras cosas sería percibido de forma muy negativa por Rusia, dado que Estonia es un país báltico que conserva lazos históricos con su vecino ruso. Por su parte, Rutte ha insistido en que no quiere convertirse en jefe de la OTAN. Pese a ello, el mandatario holandés está presionando en las últimas horas para que el gobierno español suministre a Kiev sistemas de defensa antimisiles para protegerse de los ataques rusos.
Si no se alcanza un acuerdo antes de Vilna, existe una alta probabilidad de que Stoltenberg permanezca en el cargo hasta abril del próximo año. Él ya no se opone a una nueva ampliación de su mandato, caducado desde el pasado año, pero ante la existencia de una guerra en curso, los países miembros de la organización podrían decantarse por tener un comandante que conozca bien la situación actual.