ÁFRICA

Níger se encamina a una guerra sin precedentes en África con la participación de 15 países

Rusia se asegura la victoria geopolítica en el país apoyando al ex presidente en la ONU y recibiendo peticiones de ayuda de los golpistas

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Níger guerra
Níger vive momentos decisivos de comienzo de una guerra

La tensión en Níger crece por momentos. Al fin del ultimátum dado por la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (CEDEAO) a los golpistas le ha seguido este lunes el cierre del espacio aéreo nacional por parte de la junta militar que dirige ahora el país, una medida que en muchas ocasiones constituye la antesala del estallido de cualquierconflicto.

El mayor problema en estos momentos es la escala que podría adoptar un enfrentamiento bélico que se presumía inicialmente de carácter estatal, la duración del mismo en función de la cantidad de actores implicados y el derramamiento de sangre ocasionado.

La falta de una respuesta rápida de Occidente, principalmente por parte de Francia y EEUU, a la caída del presidente electo del país, Mohamed Bazoum, ha servido para que los países vecinos, Guinea, Mali y Burkina Faso se hayan prestado a apoyar a los golpistas y decir que ante cualquier agresión externa saldrán a defender a los militares nigerinos. Otro país que apoya al nuevo gobierno militar de Níger es Argelia, socio tradicional de Rusia en el Magreb, por lo que lo que en principio podría haberse considerado como una guerra limitada podría acabar afectando a numerosos países vecinos.

Los militares nigerinos ya han pedido también ayuda a los mercenarios de Prigozhin del Grupo Wagner que ya operan en Mali y Burkina Faso, por lo que su entrada en escena serviría para enfrentar de nuevo a Rusia y Occidente alejados de Ucrania pero en un escenario como el africano.

Este domingo, de hecho, los seguidores de los golpistas nigerinos ondearon bandera rusas frente a la embajada de Francia en la capital, Niamey. No son pocos los expertos que vaticinan que el vencedor geopolítico de este conflicto ha sido Rusia que, mientras por un lado, condena en los foros internacionales el golpe y pide que se devuelva el orden constitucional, el líder del Grupo Wagner lo aplaude asegurando que es un movimiento contra el imperialismo occidental. Es la clásica doblez con la que Rusia se maneja en el escenario internacional desde hace diez años.

Algo similar ocurrió en los tiempos de la Guerra Fría con la guerra civil de Angola, pero ni de lejos aquel conflicto involucró a una cantidad de países como el que podría afectar un enfrentamiento en Níger.

Del lado de Occidente, es decir, UE y EEUU, están Nigeria, Benin, Togo, Ghana, Costa de Marfil, Liberia, Sierra Leona, Senegal, Gambia y Guinea Bissau, es decir, un total de 10 países. Nigeria es el más importante de ellos porque es junto con Benin el único que tiene una frontera con el país en crisis.

La frontera entre ambos es de 1.600 kilómetros, casi tres veces más que la que separa España y Francia. La longitud de la frontera con Benin y Nigeria es menor a 300 kilómetros, por lo que un ataque siempre sería más operativo desde Nigeria.

Además, los límites nigerianos con la capital de Níger -Niamey- son también inferiores a 300 kilómetros, lo que permitiría que en el caso de enviar tropas terrestres pudieran llegar en cinco o seis horas a la sede del gobierno de la junta militar.

El problema añadido al estallido de un conflicto al igual que ocurrió en 2003 en Irak o dos años en Afganistán es que el vacío de poder sea utilizado por los yihadistas para rearmarse ideológicamente y sembrar el caos.

Por eso mismo, ni EEUU, ni Francia, tras las experiencias de Irak en el primer caso o de ambos en Siria o Afganistán quieren oír hablar de entrar en nuevas guerras con la de Ucrania aún en llamas. Ahora mismo los arsenales occidentales están maltrechos porque todo el foco se ha puesto en el territorio ucraniano. Asimismo, una nueva guerra en un país que muchos serían incapaces de situar en el mapa supondría un desgaste político considerable para el presidente Biden o Macron, ambos con elecciones en 2024 y 2027, respectivamente.

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