El líder de las FARC se niega a pedir perdón por los crímenes porque «no me arrepiento de nada»
A finales del pasado mes de junio se firmaba un acuerdo de alto el fuego entre el Gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas de Colombia, las FARC. El presidente colombiano Juan Manuel Santos y el líder del grupo guerrillero Timoleón Jiménez -Timochenko- anunciaban el acuerdo alcanzado auspiciados por Raúl Castro en La Habana, escenificando un pacto que ya entonces tenía un marchamo sospechoso a ojos de gran parte de la sociedad colombiana, comenzando con el ex presidente y referente moral Álvaro Uribe, como explicó en una entrevista exclusiva con OKDIARIO.
El carácter siniestro de dicho acuerdo -que según la denuncia de Uribe es “indulgente con el terrorismo- se confirma ahora a la luz de estas imágenes que les ofrecemos, en las que el líder de las FARC Timochenko rechaza de plano cualquier sensación de arrepentimiento, cualquier amago de pedir perdón a las víctimas de las FARC: las mismas FARC protagonistas de un conflicto que durante cinco décadas han dejado un reguero de 220.000 muertos, más de 25.000 desaparecidos, cerca de 30.000 secuestrados y 5,7 millones de desplazados.
El líder de ese grupo sostiene ahora que no es de recibo pedir perdón porque “es que cuando uno pide perdón es porque se arrepiente de haber hecho algo y yo no me estoy arrepintiendo de haber hecho lo que he hecho”. Ante los llamados acuerdos de paz recuerda Timochenko que “yo he sido guerrillero y lo sigo siendo. Si yo me arrepiento entonces soy inconsecuente con mis convicciones. Que en determinado momento analicemos un hecho en el contexto en que se dio y decimos que ahí cometimos un error, eso es distinto”.
Pero cuando se le pregunta por si puede hacer referencia a algún error en concreto, muestra ofensa Timochenko para preguntarse “¿pero qué víctimas, los soldados prisioneros de guerra? Esa responsabilidad la asumirá el Estado”. Así habla Timochenko, con quien el presidente Santos asegura haber alcanzado un acuerdo que el guerrillero recuerda que “no es la paz, es un primer paso, pero luego vendrá su implementación”.