Kuwait celebra sus primeras elecciones parlamentarias bajo un nuevo gobernante
Kuwait se enfrenta este sábado a unas elecciones parlamentarias en medio de la crisis causada por la COVID-19. Las votaciones se llevaran a cabo bajo estrictas medidas para contener la propagación del virus. El país ha habilitado instalaciones para que los ciudadanos infectados o con síntomas puedan votar en colegios electorales especiales.
En las elecciones de este año, al haberse debilitado la oposición en los últimos años, no se esperan grandes cambios políticos. Unas pocas pancartas electorales salpicadas por las calles han sido el único recordatorio del calendario político de la nación. Asimismo, con más de 143.917 casos de coronavirus hasta la fecha, incluyendo 886 muertes, la campaña electoral se ha suavizado aún más este año. La campaña electoral se ha desarrollado principalmente a través de las redes sociales y en los medios de comunicación.
En Kuwait el parlamento es elegido por un período de cuatros años y este goza de amplios poderes legislativos. Los partidos no están ni prohibidos ni reconocidos, pero muchos grupos- incluidos los islamistas- operan como partidos de facto. Este país del Golfo fue el primero de la región en establecer un Parlamento electo en 1962 y en 2005 las mujeres obtuvieron el derecho a votar y a presentarse a las elecciones. Pero a pesar de que celebra elecciones parlamentarias con cierto grado de libertad, el poder real sigue recayendo en la familia gobernante Al Sabá y del emir que nombra al Gobierno.
Las elecciones de este sábado son las primeras bajo su nuevo gobernante, Nawaf al Ahmad Al Sabá, quien asumió el cargo en Septiembre, tras la muerte de su predecesor Sabah Al-Ahmad Al-Sabah. 567.000 kuwaitíes están llamados a las urnas y podrán elegir entre los 326 candidatos que se presentan, entre ellos 29 mujeres.
Ahmad Deyain, secretario general del grupo opositor Movimiento Progresista Kuwaití, dijo que esperaba una menor participación de los votantes que en años anteriores, después de la aburrida campaña.
Los temas habituales que se han abordado a lo largo de la campaña son los recurrentes: desde las promesas de luchar contra la corrupción y los planes para abordar el empleo de los jóvenes, hasta la libertad de expresión, la vivienda, la educación y el espinoso asunto del «bidoon», la minoría apátrida de Kuwait.
Entre 2009 y 2013, y especialmente después de las revueltas de la Primavera Árabe de 2011, el país atravesó un período de agitación política, con el parlamento y los gabinetes disueltos varias veces tras las disputas entre los legisladores y el gobierno dirigido por la familia gobernante. Deyain dijo que esperaba que algunos parlamentarios de la nueva Asamblea Nacional fueran «más dinámicos» al tratar de resolver algunos asuntos. Asimismo recalcó que «todavía hay disputas sobre el sistema electoral y la mala administración de los fondos del Estado”.
Al revuelo político se le suma el impacto que ha tenido la COVID-19 en le economía kuwatí. Como cualquier país productor de petróleo ha visto como los precios del crudo iban cayendo, siendo esta la principal fuente de ingresos del país.