El ISIS mata a al menos 38 personas en una serie de atentados en Yemen
Es una guerra olvidad. Mientras todos los países con intereses en Oriente Próximo se fijan en Siria e Irak, Yemen sigue sumido en el caos, los bombardeos y los atentados entre los rebelde hutíes, de credo chií y alianza con Irán, y los restos del régimen, aliados con Arabia Saudí. Como en el Líbano de los años 80, donde Siria e Israel decidieron dirimir sus diferencias en una guerra por delegación, Yemen es el escenario de la pelea entre Teherán y Riad por el control de la región. Y, entre medias, el terrorismo del autodenominado Estado Islámico y de Al Qaeda sacando ganancia del río revuelto.
Al menos 38 personas han fallecido, entre ellas numerosos militares, y otras 24 han resultado heridas en tres ataques coordinados del ISIS contra las columnas de las fuerzas del Gobierno yemení en la ciudad portuaria de Mukalla, en el sur del país, según han confirmado fuentes médicas y de seguridad.
El ataque tuvo lugar cuando los militares estaban a punto de terminar su ayuno diario en el mes sagrado del Ramadán. Primero, un terrorista suicida detonó su carga explosiva en un puesto de control situado en el oeste de la ciudad, seguido de un coche bomba cerca de la sede de la Inteligencia Militar. La última tuvo lugar cuando una bomba estalló al comienzo de la cena de los militares.
El golpe efectuado por Estado Islámico tiene lugar cuando las autoridades estaban celebrando la expulsión de Al Qaeda de la ciudad, la capital de la provincia de Hadramuth, y que hasta finales de abril era el núcleo de un miniestado creado por la sección de esta red terrorista en la Península Arábiga.
Los oficiales yemeníes están convencidos de que ahora existe una especie de grupo conjunto de Al Qaeda y Estado Islámico –a pesar de la rivalidad declarada entre ambos grupos– y que ahora actúa en forma de «células ocultas», según fuentes de seguridad yemeníes.