Irán acusa a Israel del ataque a la planta nuclear de Natanz

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Una central nuclear iraní. Foto: AFP

Washington y Teherán han iniciado un tibio acercamiento para recuperar el pacto nuclear de 2015, que se encuentra prácticamente muerto, tras la retirada de Donald Trump en 2018. El ex presidente de los Estados Unidos optó por una política de “máxima presión” y volvió a imponer sanciones económicas a la República Islámica. Por su parte, Irán se ha ido alejando del pacto, enriqueciendo uranio al 20%, una cifra muy lejana de la acordada en el pacto (3,67%).

Durante la semana pasada, tuvieron lugar las reuniones de Viena, en las que participaron Irán y los otros países firmantes del pacto (Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania). Estados Unidos, sin embargo, no contribuyó de manera directa por haberse salido del mismo. Aun así, se sucedieron algunos contactos indirectos entre Washington y Teherán a través de intermediarios.

El principal inconveniente para volver a retomar el camino del pacto nuclear es que tanto Irán como Estados Unidos esperan un gesto de buena voluntad, y ninguno está dispuesto a dar el primer paso. Pero a pesar de que estas conversaciones pueden vaticinar el acercamiento entre ambas potencias, un ataque contra una planta nuclear iraní puede volver a enturbiar el proceso.

En un primer momento el portavoz de la Organización de Energía Atómica de Irán, Behrouz Kamalvandi, informó de “un incidente” en la planta nuclear de Natanz, que poco después resultó ser un “sobotaje” y finalmente ha sido calificado por las autoridades iraníes como un “acto de terrorismo nuclear” atribuido a Israel. El ministro de Asuntos Exteriores iraní, Javad Zarif, ha señalado directamente a altos funcionarios israelíes a los que acusa de “impedir los esfuerzos multilaterales para restaurar el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA), que llevaría a levantar las sanciones de Estados Unidos a Irán”.

Israel no suele pronunciarse ante este tipo de acusaciones, pero en esta ocasión la prensa nacional informó desde los primeros instantes de forma unánime de que lo sucedido en Natanz era un ciberataque y no un problema eléctrico. El incidente se produjo pocas horas después de que Irán anunciase que había puesto en marcha 164 nuevas centrifugadoras en la central. Se trata de los modelos IR-6 e IR-5 que, según la información ofrecida por los iraníes, no habrían resultado dañados por el ataque.

Nournews, un medio de comunicación vinculado al aparato de seguridad iraní citó a una fuente no identificada del ministerio de Inteligencia diciendo que se ha identificado a la persona que causó el apagón al interrumpir el sistema eléctrico. «Se están tomando las medidas necesarias para detener al responsable de la interferencia en el sistema de energía del complejo de Natanz», explica este funcionario del ministerio, que no identifica de forma directa al responsable del ataque.

Las dudas sobre la implicación israelí han sido constantes desde el primer momento que se notificó el “fallo eléctrico”. La planta de Natanz sufrió, el pasado mes de julio otra explosión que provocó una gran destrucción de equipo y que se relacionó nuevamente con el Estado Judío”. Además, el presidente iraní, Hasán Rohaní, también acusó a Israel de asesinar a Mohsen Fakhrizadeh, uno de los “padres” del programa nuclear iraní.

El ataque se produce casi una semana después de que un barco iraní fuera supuestamente atacado en el Mar Rojo, un ataque que el New York Times ha atribuido a Israel. Las reuniones de Viena están previstas que continúen esta semana, y lo más probable es que este nuevo incidente suponga un obstáculo más en el proceso de negociación.

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