República Dominicana

La crisis política deja a la deriva a la República Dominicana de Danilo Medina

Jóvenes dominicanos manifestándose en la plaza de la bandera, Santo Domingo.
Jóvenes dominicanos manifestándose en la plaza de la bandera, Santo Domingo.

La República Dominicana es la tierra del merengue y la bachata, de las playas paradisiacas y del inolvidable cantautor Juan Luis Guerra. Esa isla que evoca unas vacaciones soñadas, pero para sus habitantes la realidad es muy diferente: la República sufre una crisis política nunca antes vista en su corta historia democrática.

El pasado 16 de febrero tocaba celebrar elecciones municipales, es decir, se elegían todos los funcionarios de los gobiernos locales-alcaldes, vicealcaldes, regidores, directores, subdirectores, y vocales en los municipios-. Sin embargo, los comicios se suspendieron a pocas horas de iniciarse porque los equipos del sistema automatizado no funcionaban correctamente. Las sospechas más lógicas que se instalaron en la población fue ¿estamos ante un fraude electoral?. Se habla de supuesto fraude electoral por parte del partido oficialista-PLD- para poder perpetuarse en el poder, se habla de fallos técnicos en los sistemas pero la realidad es que todavía no hay una explicación concreta ante este incidente.

La OEA emitió un comunicado este 21 de febrero aceptando la solicitud de la Junta Central Electoral-árbitro electoral en el país- para realizar una auditoria en el sistema del voto automatizado con un grupo de expertos que puedan evaluar lo ocurrido en las pasadas elecciones.

Los comicios municipales han sido reprogramados para el 15 de marzo y se harán de forma manual, como a la antigua usanza. OKDIARIO ha podido hablar con Carlos Pimentel, director ejecutivo de Participación Ciudadana y relata que “el sistema automatizado fracasó en la República Dominicana y es un ejemplo para el mundo de los riesgos de automatizar los procesos electorales sin las debidas previsiones de lugar, sin hacer auditorías y cuando no son rodeados de toda la confianza y toda la credibilidad”.

La mala experiencia de modernizar un sistema electoral que todavía no se encontraba preparado para ello produjo, como dice Pimentel, “el descrédito, un desprestigio enorme y además han puesto en riesgo la estabilidad de la República Dominicana

Es esa estabilidad que se encuentra ausente en las instituciones del país y por la cual el pueblo dominicano está luchando.

La Junta Central Electoral continúa

Julio Castaño, presidente de la JCE, en estos momentos se encuentra en la sombra. No se pronuncia sobre el escándalo de los últimos comicios, a no ser que sea absolutamente necesario. Castaño advirtió que la única forma en la que él o alguno de los miembros de este ente puedan dejar sus cargos es a través de un juicio político y este debe ser solicitado a la Cámara de los Diputados.

Sin embargo, los días de protestas y movimientos como el que se ha creado en las redes sociales con el mensaje de “SE VAN” están tomando cada vez más fuerza, pero la realidad es más complicada de lo que se puede apreciar a simple vista.

Los escenarios si renuncian los dirigentes de la Junta Central Electoral o se sustituyen tampoco mejorara mucho el panorama político en el que se encuentra Quisqueya.

Estos escenarios son los siguientes:

El primero es que renuncien los cinco miembros de la junta y sus suplentes. Si ocurre, el Senado de la República debe designar nuevos miembros de la JCE, y eso puede tomar un tiempo y, por tanto, prolongar la crisis.

Dato relevante a tener en cuenta es que el partido de gobierno tiene 28 senadores de 32 y sólo se necesitan 21 senadores para nombrar una nueva JCE. Ello implica un alto riesgo de que sus nuevos miembros simpaticen con el partido de la Liberación Dominicana.

Otra posibilidad que se puede presentar es que renuncien algunos de los miembros del pleno. En este caso, cada uno tiene un suplente y “los suplentes tienen claras vinculaciones con el partido de gobierno”, según el director ejecutivo de Participación Ciudadana.

En este caso, la Junta estaría aún más implicada con el partido de Danilo Medina-actual presidente de la República Dominicana-.

Y si renuncian todos, lo más probable es que en el Senado el partido oficialista elija los nuevos miembros entre los más afines a Danilo Medina.

Ambas situaciones prolongarían la crisis en la que se encuentra el país caribeño. Esto conllevaría que los dominicanos no podrían tener elecciones en marzo, lo que obligaría probablemente a hacerlas coincidir con las presidenciales de mayo.

La Constitución prohíbe esta posibilidad, por lo que previamente habría que proceder a su reforma. Recurrir al Congreso para modificarla volvería más caótica la crisis que se está viviendo en el país.

La posición que ha optado Participación Ciudadana es la de “un mal menor”. Pimentel ha expresado a OKDIARIO que “la Junta Central continúe pero que continúe asistida por la observación internacional”.

La indignación se ha apoderado de la sociedad dominicana, que ve impotente cómo su débil democracia se tambalea bajo la sombra de este supuesto fraude. Carlos Pimentel como representante de Participación Ciudadana expresa apenado que “el problema de este país es un problema de democracia, es un problema de secuestro de las instituciones, es un problema de captura del estado para fines particulares para perpetuarse en el poder para el enriquecimiento ilícito”.

Hay que tener en cuenta que Danilo Medina, actual presidente de la República Dominicana, lleva 8 años en el poder. Su primer periodo fue de 2012 hasta 2016; posteriormente modificó la Constitución para poder reelegirse y ganó las elecciones en 2016 hasta 2020.

Caceroladas por todo el país

Las caceroladas empezaron como un llamamiento para mostrar el descontento por la suspensión de las elecciones. La idea inicial era que se produjeran una vez al día, sin embargo, el enfado de la población es tan grande que ya no es sólo una vez al día sino que se escuchan varias veces: a las 15.00 horas, a las 18.00 y a las 20.00 y se escuchan en cada rincón de la República Dominicana.

Estas protestas no son el único medio para demostrar el malestar ante la situación que se vive en la isla. Los jóvenes llevan manifestándose enfrente de la JCE desde hace semanas en la plaza de la bandera pidiendo explicaciones. Todas las tardes hasta llegada la noche, la plaza que se encuentra frente a las oficinas centrales de la JCE congrega un multitudinario encuentro de jóvenes que entonan el himno nacional para manifestar su malestar por la situación política del país.

Los jóvenes son el 40% de los votantes en la República Dominicana y su preocupación no son los likes en las redes sociales por estar tumbados al sol mientras escuchan el último single de Juan Luis Guerra. Su guerra es otra: la calidad de su democracia.

Lo último en Internacional

Últimas noticias