Arabia Saudí y Emiratos abastecen de trigo a Sudán
El apoyo de Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos a Sudán continúa, esta vez sobre un producto estratégico para el país como es el pan. Los dos países asignaron hasta 540,000 toneladas de trigo, un alimento básico clave en el país, según anunció el Fondo para el Desarrollo de Abu Dhabi (ADFD, por sus siglas en inglés).
El primer y segundo lote que comprende 140,000 toneladas de trigo ya ha sido enviado y se espera que su recepción y distribución traiga más estabilidad al país que encauza un periodo de transición de tres años prometedor tras la firma, esta semana, del acuerdo constitucional entre la plataforma civil Fuerzas de la Libertad y el Cambio y la junta militar que detenta el poder en Sudán desde el derrocamiento de Omar al Bashir.
La política de subsidios al trigo, el encarecimiento del precio de la harina y otros productos básicos y la escasez de pan en varias regiones de Sudán estaban en el origen de las protestas que han sacudido el país desde comienzos de este año. Se convirtieron en un movimiento contra el Gobierno de Jartum y desencadenó en un golpe de Estado el 11 de abril que puso fin a 30 años de gobierno de Omar al Bashir.
El envío de alimentos se enmarca en el paquete de ayuda conjunta entre Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos por valor de 3.000 millones de dólares para fortalecer la economía sudanesa, anunciado en abril de 2019 (días después del derrocamiento), y con ella el gobierno militar de transición que se había instalado en ese momento y que fueron desafiados por los manifestantes hasta llegar a la situación actual con la firma del acuerdo constitucional.
Como parte del paquete de ayuda conjunta, Arabia Saudí y EAU depositaron 500 millones de dólares en el Banco Central de Sudán, dividido en partes iguales entre los dos países, para fortalecer la posición financiera del Banco. «El resto del paquete de ayuda se asignará para satisfacer las necesidades urgentes del pueblo sudanés de alimentos, medicinas, derivados del petróleo y necesidades agrícolas estacionales», según el comunicado oficial del ADFD. Arabia Saudí y EAU buscan «asegurar la provisión de suministros de alimentos esenciales y mitigar los efectos de la actual etapa de transición en el país», dijo el director general del Fondo, Mohammed Saif Al Suwaidi.
Los países en vías de desarrollo suelen subvencionar el pan para «aliviar la vida» de los ciudadanos y, al ser el trigo y la harina «productos estratégicos» para estos Estados, es necesaria una planificación que garantice la «autosuficiencia», dijo un experto económico del sector del trigo, Al Kanadi Yusef en declarciones a Efe. En diciembre Yusef consideró que el Gobierno sudanés no había logrado esa autosuficiencia ni producir más trigo a nivel local, por lo que existía un «abismo» entre la producción y el consumo, que se situaba en dos millones de toneladas al año.
La mayoría del trigo consumido en el país es importado y, dado que se trata de un alimento básico clave en el país, el Gobierno subvencionaba de manera continua las importaciones en el pasado. Sudán pagaba 450 millones de dólares al año por ese trigo y el Gobierno se hace cargo de la diferencia entre el precio en el mercado mundial y el precio al que se comercializa en el país, para garantizar el suministro e impedir que la hogaza de pan supere una libra sudanesa (el cambio oficial es de 45,04 libras sudanesas por un dólar).
Entonces el gobierno aseguraba que los dueños de las panaderías revendían los sacos subvencionados en el mercado negro, porque de esta forma ganaban más que produciendo pan. Denunciaban que parte de la harina subsidiada se comercializa de forma ilegal en países vecinos debido a su bajo precio. En la capital se consume casi la mitad del trigo que se usa en todo el país, esto es, en torno a 50.000 sacos cada día de un total de 102.000.
Bashir eliminó las subvenciones al combustible y a la importación de trigo el año pasado que, junto a una corrupción rampante y una pobre gestión económica, agravó la frustración ciudadana que llevó a las protestas en su contra. Las protestas iniciales por el aumento del precio del pan desencadenaron en un movimiento coherente pidiendo un cambio de régimen. Aunados bajo la plataforma Fuerzas de la Libertad y el Cambio, que reclamaba un gobierno civil, han sido capaces de redefinir Sudán.
El país ha entrado en una nueva era tras la firma del texto constitucional acordado entre las Fuerzas de la Libertad y el Cambio y la junta militar. Las bases para un gobierno de transición durante los próximos tres años ya están establecidas. El texto será refrendado con una firma definitiva el próximo 17 de agosto, anunció el mediador de la Unión Africana (UA), Mohamed Hassan Labat. El trigo vuelve a entrar y la incertidumbre aminora.