La extraña muerte de Harry Houdini, el maestro del escapismo
Como todo buen mago y escapista, Harry Houdini sorprendió al mundo durante los primeros años del siglo XX con sus shows de escapismo imposibles y fuera de toda lógica. Era un experto en el arte de la magia, pero un exceso de confianza le llevó a la muerte tras recibir un puñetazo en la barriga.
Son pocas las personas que hoy en día pueden hablar de los espectáculos que Houdini realizaba dejando con la boca abierta a los cientos de espectadores que congregaba para cada uno de sus números. Era un ilusionista que creó un personaje propio al que le envolvió una especie de misticismo durante toda su vida.
Un húngaro enamorado de la magia
Como muchos inmigrantes europeos, Harry Houdini llegó a Estados Unidos cargado de sueños y con ganas de dejar atrás su vida en Hungría. Por esto ocultó su verdadero nombre, Erich Weiss, para no ser relacionado con los inmigrantes que llegaban al país a finales del siglo XIX.
Fue con una visita al espectáculo del mago Lynn, cuando Houdini comenzó a sentir la atracción por este arte. Tan solo contaba con 9 años cuando, junto a sus amigos del barrio, crearon una especie de circo donde actuaría como contorsionista.
En esta época, Houdini se hizo con el libro ‘Las memorias de Robert-Houdin, embajador, autor y conjurador’ que narraba la vida del mago Eugéne Robert-Houdin. Se convirtió en un ídolo para él, tanto que cambio su propio nombre por el de Harry Houdini.
Escapismo y magia
Junto a su hermano Theo, comenzaron a trabajar como magos en espectáculos itinerantes con trucos de magia, pero pronto comenzaría a destacar con otros números más arriesgados y asombrosos para el espectador.
Gracias a varios de sus números de escapismo, con esposas y lanzamientos al mar, se hizo muy famoso después de una gira europea que lo trajo a Estados Unidos de vuelta como «el rey de las esposas».
Sus triunfos y fama lo llevaron a amasar una enorme fortuna y ser una celebridad del mundo del espectáculo que fue llevado a Broadway.
Muerte extraña
Con cada uno de sus números, Houdini ponía en peligro su propia vida pero en pocas ocasiones temió por morir por no quitarse la camisa de fuerza o las espesas a las que se amarraba para escapar.
Su muerte fue mucho más extraña que sus propios números. Durante un espectáculo, mientras el mago descansaba, un grupo de universitarios le propusieron recibir unos puñetazos en la barriga para comprobar si su resistencia era tan grande como decía.
Houdini aceptó y recibió un puñetazo de un estudiante canadiense, al parecer, todo una promesa del boxeo de la época.
Las fuentes afirmar que Houdini aguantó el envite como buen actor y rey del espectáculo que era, pero lo peor vino después.
Al parecer los médicos dijeron que su apéndice era frágil y que ya lo tenía mal antes de los golpes del universitario boxeador, que fueron la puntilla para generarle una peritonitis aguda.
Siguió durante unos días con su espectáculo, y nueve días después, tras desplomarse en varios de ellos, el 31 de octubre de 1926, Harry Houdini fallecía con 52 años a consecuencia de una peritonitis aguda.
Aunque la leyenda, y varias investigaciones posteriores, apuntan a que Houdini fue envenenado en su hotel, aunque nunca se ha llegado a demostrar.