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Rocío Carrasco: Esto es lo que contó en los 11 minutos no emitidos de la agresión de Rocío Flores

La información de lo ocurrido ha salido a la luz

Rocío Carrasco
Rocío Carrasco

La docuserie de Rocío Carrasco, ‘Rocío, contar la verdad para seguir viva’, contó con la emisión el pasado 28 de abril del capítulo 8. Una nueva entrega donde la productora dejaba claro que no se iba a emitir la parte de la agresión de Rocío Flores a su madre por deseos de esta última, por lo que, fue censurada para la audiencia.

Sin embargo, la sentencia 44/2013 del Juzgado de Menores número 4 de Madrid, que condenó a Rocío Flores por “maltrato habitual, amenazas e injurias” contra su madre, sí aborda la parte que ha sido censurada. Un testimonio que se conoce desde el pasado febrero del 2020 y que, al igual que los testimonios dados en la docuserie, son brutalmente sobrecogedores.

“El día antes me dice que estaba mal del estómago, y ese día quiso desayunar una nectarina. A lo que yo le dije: ‘Ro como estás mal del estomago, tengo ciruelas que te va a hacer bien para el problema que tienes’. Ella me desafía y se guarda la nectarina y al ir a coger la nectarina que se guarda me cruza la cara de lado a lado”, relataba la hija de Rocío Jurado sobre dicho momento.

“No me creía lo que estaba pasando, empieza a pegarme y va gritando ‘no me pegues, no me pegues’ y era ella la que estaba pegándome a mí, se me pasó como una película y sabía que eso obedecía a algo que no era normal”, añadía. Según queda reflejado en la sentencia publicada en ‘Vanitatis’, la por aquel entonces menor, Rocío Flores, “le propinó varios golpes, llegando incluso a tirarla al suelo, para posteriormente seguir golpeándola, dándole varias patadas».

Asimismo, también queda reflejado que «como consecuencia de los hechos, Rocío Carrasco sufrió policontusiones con equimosis en la región frontal derecha, con edema en ambas muñecas, en muslo derecho, en el antepié derecho y un hematoma en el segundo dedo del pie derecho, para cuya curación únicamente precisó de una primera asistencia facultativa y de las que tardó en sanar ocho días, uno de los cuales estuvo impedida para el ejercicio de sus ocupaciones habituales”.

Después de recobrar el sentido, Rocío Carrasco recuerda que Fidel la estaba ayudando mientras ella se encontraba en el suelo. “Yo lo siguiente que recuerdo es a Fidel reanimándome y cuando volví en mí, tenía las pulsaciones en 140 y Fidel me metió un lorazepam debajo de la lengua, cosa que yo ya tenía pautada desde hace mucho tiempo”, confesaba.

A pesar de los hechos, la hija de Rocío Jurado ha reiterado en varias ocasiones que su hija “no tiene la culpa, la culpa la tiene otra persona, que es el responsable de que ella actuase de esa forma. Es su padre. Eso quiero que quede claro”. Tras la brutal agresión por parte de su hija, Rocío Carrasco deja entrever que lo ocurrido habría sido algo premeditado y planeado.

“La niña entra con un ataque de ansiedad en el coche y él conductor cuenta que de repente, se transforma, saca un móvil y dice: ‘Papá ya está hecho”. Pero, eso no es todo, Carrasco confesó que tras lo ocurrido Rocío Flores no se detuvo, ni se arrepintió por sus actos.  “Fue el día 27, era el último día de cursillo de verano. Ese fin de semana era agosto y ya se iba con el padre hasta setiembre», explicaba. «‘En septiembre a esta casa no me trae ni un juez, ni tu madre ni tu padre que están bajo tierra’”, relataba rota de dolor lo que le había dicho Rocío Flores los días previos al ataque.

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