Ana María Aldón, contundente con Aurelio Manzano: «Estoy harta de gente como tú»

Ana María Aldón ha protagonizado un histórico encuentro junto a Rocío Carrasco en el plató de Mediafest Night Fever. Se trataba del primer encuentro entre estas ante las cámaras después de que la diseñadora anunciase su separación junto a José Ortega Cano.
Entre ellas hubo muy buena relación en todo momento, sin embargo, al día siguiente tuvo un enfrentamiento junto a Aurelio Manzano, quién explicaba que se había puesto en contacto con el torero para preguntarle que opinaba sobre lo que había sucedido la noche anterior: “He llamado esta mañana a Ortega. Primero quería saber si te había felicitado porque tú siempre te quejabas de estas cosas”, comenzaba diciendo el periodista.
“No me quejo de este tipo de cosas y es más, no te voy a dejar terminar hablar. Cuando hables con propiedad te dejaré”, comentaba Ana María Aldón. A lo que Aurelio respondía que ella se quejaba por todo siempre: “Además le pregunté que opinaba de lo tu amistad con Rocío Carrasco, por todo lo que el mundo sabe que estaba pasando entre ellos dos, y te puedo asegurar que su reacción te haría daño. Su silencio hace más daño que sus palabras, me dijo prefiero callarme”, terminaba diciendo el colaborador.
La diseñadora no tardó en contestar: “No te lo quiere decir a ti, no es que prefiera callarse. Por lo del cumpleaños, yo no me quejé, simplemente contesté a la pregunta que me estaban haciendo en ese momento”, le debatía.
“Lo que hiciste fue una falta de respeto hacia tu marido, no se le puede hacer eso a una persona con la que has estado muchos años. Estoy segura de que ha Ortega le ha dolido mucho lo que hiciste”, contestaba acusándola duramente. “Estoy harta de gente manipuladora como tú Aurelio, a mi dejadme en paz y que haga lo que me de la gana”, decía entre aplausos del público.
La discusión seguía entre ambos, hasta que la diseñadora contestó: “¡Pero tú eres tonto o que te pasa!”, ante las acusaciones sin sentido que le estaba diciendo. Un enfrentamiento que, desde luego, no dejó indiferente a nadie.