Un vino hecho a mano entre los mejores del mundo
Valduero 12 años 2009, una añada mítica para un vino que hoy representa lujo, artesanía y excelencia.

Valduero presenta una nueva añada de su vino más exclusivo: Valduero 12 Años 2009, una obra maestra enológica que sólo ve la luz cuando la cosecha es verdaderamente excepcional.
El resultado de más de una década de paciencia y dedicación artesanal, este vino se ha ganado un lugar entre los grandes tintos del mundo, reconocido por expertos y publicaciones internacionales, y convertido en sinónimo de lujo, tradición y excelencia española.
El tiempo como mejor aliado
En una época dominada por la inmediatez, Valduero 12 Años 2009 reivindica el valor de la espera. Sólo se elabora cuando la naturaleza ofrece una cosecha perfecta, lo que convierte cada añada en un acontecimiento esperado por coleccionistas y amantes del vino de guarda.
Cada botella encierra más de doce años de trabajo y maduración, el tiempo necesario para que la uva Tempranillo alcance su máximo equilibrio. Durante todo ese proceso, el vino evoluciona lentamente en barricas de distintos orígenes, y después en botella, donde afina su estructura y desarrolla su carácter elegante y persistente.
Hecho a mano, uva a uva
Valduero mantiene viva una tradición artesanal que hoy es casi una rareza en el mundo del vino. El 12 Años se elabora completamente a mano, desde la selección en el viñedo hasta el desgrane de cada racimo, sin intervención mecánica en ninguna fase del proceso, apostando por la autenticidad y la pureza como parte de la identidad de la bodega.
Los viñedos, situados en las zonas más altas de la Ribera del Duero, producen sólo dos racimos por cepa, lo que garantiza un rendimiento bajo y una concentración extraordinaria.
Además, la bodega practica una viticultura totalmente natural, sin riego y con rendimientos controlados, para lograr un equilibrio perfecto entre potencia y elegancia.
La Ribera más pura: naturaleza, sostenibilidad y origen
En Valduero, el respeto por la tierra no es una tendencia, sino una filosofía. La producción limitada y el cultivo tradicional reflejan el compromiso de la bodega con un modelo de sostenibilidad real, basado en el uso responsable de los recursos y en la protección del entorno.
El resultado es un vino que expresa con fidelidad el carácter de la Ribera del Duero: profundidad, equilibrio y un perfume que evoluciona en cada copa. Cada sorbo transmite la esencia del terruño y la sabiduría acumulada en más de 40 años de historia de la bodega.
Reconocimientos que avalan la excelencia
El prestigio de Valduero 12 Años se ha consolidado con el paso de las añadas. La 2001 fue reconocida como segundo mejor vino del mundo, mientras que la 2004 se convirtió en un referente absoluto: 99 puntos por Wine Enthusiast y “Best of the Best” por Robb Report USA.
Cada nueva cosecha mantiene ese nivel de excelencia, confirmando que la paciencia y la artesanía son el mejor camino hacia la perfección. La añada 2009, recién lanzada, vuelve a situar a Valduero en la élite de los grandes vinos internacionales.
Un vino para el presente y para el futuro
Con más de doce años de crianza, Valduero 12 Años 2009 sorprende por su frescura, viveza y estructura impecable. Es un vino de guarda con un enorme potencial de evolución, capaz de mejorar durante al menos 15 años más en botella.
Su carácter elegante y su equilibrio lo convierten en una experiencia sensorial completa: aromas intensos, notas de fruta madura, madera perfectamente integrada y una persistencia que parece no terminar nunca.
El arte de hacer las cosas despacio
En el universo Valduero, el lujo no se mide en cifras, sino en tiempo, en silencio y en dedicación. Cada botella de Valduero 12 Años representa el triunfo de lo artesanal frente a lo inmediato, una filosofía que conecta con quienes valoran la autenticidad y la emoción detrás de cada copa.
Esta nueva añada, 2009, no es sólo un vino: es una historia contada por la tierra y el tiempo, un homenaje al trabajo bien hecho, a la paciencia y al respeto por el origen. Con esta nueva añada, Valduero confirma que el verdadero lujo es esperar.