JOSÉ MORO Y CEPA 21: ¡VIVA EL VINO!
Quienes amamos la radio sabemos que hay una sección muy divertida de Raúl del Pozo en el programa Más de uno de Carlos Alsina. En ella, el veterano periodista analiza con cierta sorna la actualidad y termina exclamando ¡viva el vino!
Y colgando su teléfono (fijo) con variable fuerza, en función de su ánimo. Hay que decir más ¡viva el vino! y sacar pecho de lo bien que lo estamos haciendo en este sector, con un creciente número de empresarios emprendedores que están empeñados en que las gentes jóvenes, muy cerveceras, aprecien lo que se hace aquí.
Y eso fue lo que ayer hizo en la Galería de Cristal del Palacio de Cibeles (Madrid) el dueño de Cepa 21, José Moro. Este caballero del vino, uno de los que más sabe del sector (fue el artífice del ascenso de Emilio Moro) lleva ya un tiempo centrado en su bodega boutique, que creó en solitario para fusionar la experiencia vitivinícola de toda una vida con una apuesta por la innovación y la vanguardia en un entorno único, el corazón de Ribera del Duero.
Y José Moro gritó ¡viva el vino! como mejor sabemos en este país: con un cóctel de gala que hizo estremecer los cimientos del palacio de Telecomunicaciones para celebrar los 21 años de su firma. Bajo el lema “21 motivos para seguir soñando”, aprovechó también para presentar la nueva imagen de sus vinos. Igual que muchas señoras (y cada vez más señores) se cambian el pelo (y a veces todo) al soplar las velas de ciertos dígitos, un Moro en plenitud ha decidido dar un giro a su imagen cambiando las etiquetas de sus cinco referencias y, por tanto, la imagen global de toda la bodega.
Las nuevas etiquetas son el fiel reflejo de su filosofía, con escenas cotidianas de las labores del campo de la infancia y la juventud de José Moro en la Ribera del Duero. Pero eso sí, sin recaer en tópicos visuales, con ‘picorsito’, colores vivos y acabados que llaman la atención. Cada una de las etiquetas alude a momentos de la vida más personal del presidente de Cepa 21.
Así, en la etiqueta de Hito rosado, recrea su costumbre de jugar con los hitos, esos postes de piedra que delimitaban las parcelas o indicaban el camino, típicos de otros tiempos. Así es su vino, un guiño a los clásicos claretes, pero reinventados desde la perspectiva más innovadora. Y lo mismo con Hito, su tinto más joven y fresco, con el alma de la viticultura tradicional. Cepa 21, su vino homónimo, está inspirado en sus paseos, junto a su padre, rodeados de viñedo y con las moriscas al hombro para entrecavar la tierra.
Su Malabrigo expresa uno de los momentos que mejor y con mayor cariño recuerda de su vida: sentado junto a su padre junto a las vides, descansando tras la faena y compartiendo pan y jamón con un traguito de vino. Aquel José joven recuerda que hacía frío, y que da igual lo gruesa que fuera la pelliza, porque ningún abrigo era suficiente para no pasarlo mal. De ese recuerdo llega Malabrigo, que es la historia de su vida y que le ha llevado hasta donde está ahora.
Por último, Horcajo, que hace referencia a las confluencias entre dos cerros, es un accidente geográfico muy típico de su tierra que le recuerda a su abuelo, trabajador incansable de los campos de viñedo.Ayer estuvo en la fiesta todo el mundo. También este humilde cronista, bien acompañado de amigos y admiradores de José Moro, como Carlos Herrera, coopresentador junto a José; Iker Casillas, Alberto Contador, Carlos Sobera, Irene Villa, Álex González, Roberto Leal, Paz Padilla, Carlos Latre, José Luis López Fernández ‘El Turronero’ o el padre Ángel, quien sospecho que tiene el mismo don de San Martín de Porres, capaz de bilocarse, pues está en todas partes.