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Todo lo que se puede detectar al oler el corcho del vino

oler el corcho
Corcho listo para oler (Foto: istock)

Estamos en un restaurante y el camarero huele el corcho al extraerlo. ¿Para qué? ¿Debo olerlo yo también?

¿Por qué se huele el corcho?

La información que te va a dar al hacerlo es principalmente una: el estado de conservación del vino. Sabemos que la función del corcho es preservar el vino de los agentes exteriores que más daño le hacen, como es el oxígeno. Por tanto si un corcho no está en buen estado, o presenta defectos, es posible que el vino también los tenga.

¿A qué tiene que oler el corcho?
A vino o a nada.

¿Pero no tiene que oler a corcho?
No. Si huele a corcho es un defecto del vino, en concreto del TCA. El Tricloranonisol se libera por la presencia en el corcho de un hongo. Un gran quebradero de cabeza para los enólogos.

¿Qué otros olores podemos encontrar?
Si hueles a cartón mojado, vinagre, sitio cerrado o incluso pegamento, es que vino está malo. Lo que conocemos como que un vino está ‘picado’

¿El corcho de un buen vino huele mejor que el de un vino mediocre?
No. Como decíamos antes, indica el estado del vino, pero no la calidad del mismo.

¿Además del olor, en qué nos podemos fijar de el corcho?

Su color:
Si el vino es joven, será púrpura llegando al brillante. Si se trata de un reserva o gran reserva, el color es más oscuro y apagado.

Forma:
Debe ser uniforme. Si el corcho tiene bultos puede deberse a cambios fuertes de temperatura que han podido dañar al corcho y al vino.

Mancha:
Tiene que estar manchado sólo en su base. Si todo el corcho está manchado, lo más problabe es que haya habido fuga de vino, con  lo que una parte ha podido estar en contacto con el óxigeno.
Si las manchas tienen forma de lágrimas, también es señal de que ha entrado oxígeno en la botella.

Tamaño:
Depender del tipo de vino. Los corchos más pequeños, de 24-26 mm se usan para vinos jóvenes o blancos; aquellos que se van a consumir en no más de dos años.
Los corchos de mayor tamaño se reservan para vinos añejos o de reserva, que requieren un periodo de conservación más alto.

Textura:
Si el corcho está ‘reseco’ es muy probable que el vino se haya oxidado.

Material:
Tradicionalmente se ha utilizado el corcho. Pero este es cada vez un material más escaso (y por tanto más caro) por lo que se están utilizando cada vez más tapones sintéticos o de ‘silicona’.

¿Qué hago si me encuentro con estos defectos en el corcho?

Deja pasar unos minutos. Si se confirma tu impresión, comunícaselo de forma discreta al camarero o sumiller. Menciónale los defectos que has observado y te cambiará la botella.

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