¿El corcho de «silicona» es tan bueno como el tradicional?
El corcho es una protección que se utiliza para evitar que el vino sufra alteraciones microbianas o con el fin de reducir el contacto con el oxígeno. Por tanto, cualquier protección nos puede servir: corcho de corteza de alcornoque, corcho sintético –el mal llamado de silicona – corcho de cristal o de rosca.
Pero siempre hay un pero. Los vinos que tienen envejecimiento en barrica necesitan un cierto tiempo de homogeneización en botella: así se consigue equilibrar los sabores nuevos de la madera de roble con los del propio vino. A día de hoy, un corcho sintético, de cristal o de rosca no permite un contacto con el exterior como lo hacen los corchos con porosidad de corteza de alcornoque.
Para ser claros: actualmente sólo los corchos tradicionales permiten envejecer un vino en botella. Por tanto son muy correctos su utilización para vinos jóvenes o que, de nuevo, no requieran envejecimiento en botella.
Y para terminar: no se puede tachar un vino de ‘malo’ porque lleve un corcho sintético. Los hay de magnífica calidad. De la misma manera que no podemos hablar de vino ‘bueno’ sólo porque lleve un corcho natural.
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