Votar: «Ya está bien de que nos chuleen los partidos independentistas»

Manifestación-Barcelona
Una gran estelada en una manifestación.

Esta campaña marcada sobre todo por los metepatas de Sánchez y la insurrección catalana ha terminado con una polémica desatada en la Asamblea de Madrid. Resulta que, en principio, los tres partidos del centroderecha hicieron prosperar una propuesta destinada a llevar al Parlamento nacional la ilegalización de los partidos independentistas. Y se armó un belén. Ciudadanos, por boca y actos de su jefe madrileño, Ignacio Aguado, se sumó a la iniciativa pero, al cabo, Rivera se encocoró y rectificó con aquello tan socorrido de donde dije digo, digo Diego. O sea, nada que no sea común al normal comportamiento de este partido naranja ahora mismo en la UVI de la política. Recuerdo cuando el cómico cántabro de Ciudadanos, Felisuco, reducido ya a escombros en la región, se marcó un escándalo provocando al personal cercano, a los nacionalistas vascos, con un atropellado: “En Alemania los partidos independentistas no son legales”. A Rivera le pareció de perillas la ocurrencia de su prócer periférico y le respaldó con un: “Félix no ha dicho nada que no sea verdad”.

Ahora la verdad se conoce que a Rivera no le ha venido del todo bien y ha hecho cambiar de opinión a su chavalito de Madrid, el voluble Aguado, porque en estos días de penuria doméstica una ocurrencia así pudiera haber trastocado aún más su campaña con el perrito Lucas. El PP ha dejado que el agua fluya porque esta polémica no le ayuda para los resultados de esta jornada. Ya está todo el pescado vendido y meter un anisakis en esta juerga electoral es un auténtico desvarío porque, no se olviden de este pronóstico: como a partir de las once de la noche de esta nueva cita electoral los escaños del PNV -que van a ser seis- se necesiten por uno u otro lado, los partidos nacionales irán a su conquista. El PNV es un partido golfo que sólo mira su hucha y la independencia gota a gota y se dejará querer tanto por el PSOE como por el PP. Al tiempo. O sea, que esto de la ilegalización de los biznietos del xenófobo y estúpido Sabino (ahora los peneuvistas le han rebautizado como “Sabin”) no pasará a mayores.

Pero no sucede nada porque se plantee la hipótesis. Hay tres precedentes: uno en Alemania con los monárquicos del Partido de Baviera, otro en Francia con Iparretarrak, y un tercero en Portugal con una minúscula organización de las Azores pretendo rememorar. En la República Federal Alemana el Artículo 21/2 de la Constitución descarta ilegaliza a los partidos que pongan en peligro “la existencia de la República Federal Alemana”. Los independentistas del Partido de Baviera son cuatro gatos ultraconservadores a los que, por cierto, han copiado Puigdemont, Torra y demás rufianes los lazos amarillos. Los habitantes de ese Estado no les hacen el menor caso como se demostró hace meses cuando quisieron forzar una referéndum de autodeterminación. El Tribunal Constitucional les dio con la puerta en las narices, los cerverceros (uno de ellos es campeón regional de consumo de “bier”, creo que tostada) se aguantaron pacíficamente y allí no hubo nada. O sea, a las tinieblas exteriores y a no molestar.

En Francia, Iparretarrak, la franquicia gala primero de Batasuna y ahora de los proetarras de Bildu, se ilegalizó en 1987 de acuerdo con el Artículo 4 de la Constitución vecina y allí a todo el mundo le pareció de perillas. Algo similar sucede en Portugal donde incluso el Artículo 10 de su Norma Suprema prohíbe presentarse a los partidos regionalistas. Es decir; o son nacionales o a la rúa. ¿Para qué mas ejemplos? Nadie en sus países se estremece con estas reglas y nadie duda de que los estados en cuestión sean impecablemente democráticos. Aquí al PNV, a la ladrona Convergencia de siempre y a algún que otro Bloque por ahí perdido, ni siquiera nos atrevemos a “tocarles” con una ley electoral que no prime sus pírricos contingentes electorales. Está bien que en esta campaña haya surgido la polémica. No ha habido tiempo para hacerla centro de las disputas interpartidos, pero ya ha quedado en la consciencia de la gente. Esta gente, todos nosotros, que votamos en esta fecha y que deberíamos apoyar a las formaciones que, al menos, han osado establecer la discusión sobre el tema. “Ya está bien de que nos chuleen los partidos independentistas”. Pongo comillas; la frase no es mía es de un/a altísimo/a dirigente del Partido Popular

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