El Supremo Venezolano detecta 17.000 documentos de la trama de financiación chavista que alimentó a Podemos

El Supremo Venezolano detecta 17.000 documentos de la trama de financiación chavista que alimentó a Podemos
Miguel Martín Tortabú
Carlos Cuesta

El Tribunal Supremo de Venezuela avanza en su investigación sobre las conexiones de Pablo Iglesias y Juan Carlos Monedero con tramas de financiación procedentes de regímenes populistas. Acaba de abrir la investigación sobre una nueva vía de pago procedente del multimillonario escándalo Odebrecht. Pero no será ni mucho menos ésa la única veta de la que extraiga información. Porque el Supremo de Venezuela en el exilio maneja 17.000 documentos que apuntan o prueban vías de financiación de los fundadores de Podemos procedentes de estos países. Y la mayoría de ellas tendentes a la formación de un partido de extrema izquierda en España. A la formación de Podemos.

Miguel Ángel Martín Tortabú, presidente del Alto Tribunal venezolano en el exilio, está analizando las conexiones financieras del embrión de Podemos con los pagos de Hugo Chávez o del propio Nicolás Maduro. Y también con otros países. Entre ellos de Bolivia, Ecuador o relacionados con empresas como Odebrecht.

La investigación se apoya en tres puntos: el lanzamiento de Podemos, los pagos a Iglesias y Monedero por parte de la dictadura chavista y otros regímenes populistas –durante la presencia en estos países de ambos, así como de la Fundación CEPS– y los desvíos de pagos efectuados desde Venezuela por la compañía Odebrecht con destino a la formación de extrema izquierda en base a contratos falsos concedidos por el chavismo.

Martín Tortabú ha confirmado ya a OKDIARIO que “en el caso de Odebrecht, en el que se enjuició a Nicolás Maduro —juicio aprobado por nuestra Asamblea Nacional y que hicimos en el Senado colombiano, que gentilmente nos cedió su espacio—, notificándoselo, por supuesto, y nombrado su defensor ante su ausencia, nosotros revisamos casi 17 000 elementos probatorios”.

La dinámica consistía en comprometer y pagar obras que “no se construyeron”. De ese modo, el dinero quedaba disponible y destinable a fines políticos.

Es más, parte de esos documentos señalan que se “está utilizando dinero sospechoso que va a otros sitios. En el caso de Odebrecht, nosotros encontramos que hay dinero en Andorra, dinero que llegó a España, a bancos españoles, dinero que fue a Estados Unidos —millones de dólares llegaron a EEUU—, dinero que fue a paraísos fiscales en el Caribe, dinero que fue a República Dominicana. Es decir, nos encontramos con un entramado criminal donde no solo está involucrado Nicolás Maduro. Él no es el único, es un entramado grande”.

Por eso el Supremo de Venezuela considera que no se trata sólo “de un problema o de un delito en Venezuela ni un acto especulado en Venezuela, sino que va mucho más allá. Después, el dinero se va a otros lugares. ¿A dónde va ese dinero? Porque ese dinero no es solo para comprar lujo para una persona o para una familia, es evidente que va mucho más allá, porque lo que están buscando es un control del poder político”, concluye Martín Tortabú.

La investigación llega justo en el momento en el que la Fiscalía General de Bolivia ha citado a declarar al ya vicepresidente español Iglesias y a Monedero, junto a su antiguo compañero de fundación de Podemos, Íñigo Errejón, para investigar el destino de otros pagos: los realizados por Evo Morales a ellos. Y en el mismo momento en el que el Tribunal Supremo de Venezuela y Brasil unifican sus investigaciones con las de Bolivia para llegar hasta el final de los pagos realizados por países populistas a los líderes de aquel Podemos.

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