Sanidad dibuja una Navidad «burbuja» con cenas familiares limitadas y sin cotillones ni cabalgatas
Según los criterios del Ministerio de Sanidad, para que España llegue a la Navidad de 2020 en situación de «nueva normalidad» hace falta poco menos que un milagro. El Gobierno ya ha advertido de que, de mantenerse la segunda ola de la pandemia, las fiestas se verán afectadas por graves restricciones de todo tipo que se aplicarán según el ‘semáforo’ de niveles de riesgo y medidas que Sanidad propone a las autonomías. Las restricciones, dependiendo del nivel de riesgo, afectarán a las cenas familiares «burbuja», las compras y mercadillos navideños, las celebraciones de tipo religioso, las tradicionales competiciones deportivas -como la San Silvestre-, cenas de empresa e incluso la salida de familiares que viven en residencias de ancianos.
El Ministerio de Sanidad ya ha presentado a las comunidades autónomas, a través del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud de España, el documento con las distintas categorías de riesgo y las medidas que llevarán aparejadas en base a cuatro niveles de alerta.
Los criterios sanitarios que ha establecido Sanidad son, a todas luces, muy ambiciosos. Para que se considere que una comunidad ha recuperado la «nueva normalidad», todos los indicadores de contagio, mortalidad y ocupación hospitalaria deben estar en mínimos que apenas se han visto durante toda la crisis sanitaria. Tan sólo el pasado mes de junio, durante las semanas que duró la relativamente tranquila transición entre la primera y la segunda ola de la pandemia, algunas regiones ofrecieron datos tan positivos como los que ahora Sanidad le exige a las comunidades para recuperar la «normalidad».
‘Nivel 1’: cenas «burbuja»
Lejos de esa ‘nueva normalidad’ definida por Sanidad, España podría llegar a la Navidad casi con toda seguridad en alguno de los 4 niveles de alerta establecidos. El nivel 1 se aplicará, por ejemplo, con incidencias acumuladas de entre 25 y 50 casos por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días. Actualmente hay 332 casos de media nacional. En el caso de este nivel más bajo, las medidas restrictivas serían las más flexibles aunque también condicionarían la celebración de las fiestas.
Por ejemplo, las tradicionales cenas familiares en domicilios estarían limitadas a 15 personas como mucho. La recomendación de Sanidad pasa por crear «burbujas sociales estructuradas», es decir, relacionarse con grupos muy cerrados de personas.
Las salidas de ancianos que se encuentren en residencias de mayores también podrían verse limitadas -aunque el documento no especifica cómo-, las grandes celebraciones como las cabalgatas de Reyes quedan anuladas y se recomendará, de forma general, «no viajar».
Las cenas de Navidad, otro clásico de esas fechas, se verán gravemente afectadas. La ocupación de la hostelería se situará en el 75%, con 10 personas como máximo por grupo -15 en el exterior-. Las largas mesas de comensales desaparecen de escena.
Sin Nochevieja
En este nivel, la hostelería dejaría de tener horarios de cierre impuestos -como el actual de las 22 horas-, aunque el cierre del ocio nocturno se mantiene: no habrá cotillones ni fiestas de Nochevieja. Tampoco se podrán montar fiestas al aire libre: prohibido totalmente el consumo de bebidas alcohólicas. Participar presencialmente en las campanadas de Nochevieja dependerá de las medidas de distanciamiento social.
Otra escena típica, la de los mercadillos navideños, se verá reducida al 75% de ocupación. Las pruebas deportivas, como la tradicional carrera de San Silvestre, tendrán también una limitación del 75% y sólo se podrán celebrar si hay ciertas medidas de seguridad para los participantes.
Niveles 2 y 3
Las anteriores medidas son las menos drásticas de todas las que refleja Sanidad, que serían reforzadas en caso de que la situación sea peor que la descrita en ese nivel 1 de alerta.
En el caso del nivel 2, que por ejemplo describe una incidencia acumulada de entre 50 y 150 casos por cada 100.000 habitantes, las cenas familiares quedarán restringidas a 10 personas. En los lugares de culto se rebaja a un 50% la ocupación, las cenas en locales de hostelería se reducen a grupos de 6 personas como máximo y se mantienen el resto de restricciones del anterior nivel.
En el caso de que las comunidades autónomas lleguen en un nivel 3 de alerta (por ejemplo, con una incidencia de 150 a 250), las cenas y reuniones familiares en domicilios bajan su límite hasta las 6 personas. Llegado a este punto, serían las propias comunidades las encargadas de decidir si imponen algún tipo de medida restrictiva al movimiento o incluso un confinamiento perimetral como el que afecta a a varios territorios en este momento.
Los locales de venta al público y mercadillos, que en esos días disparan su facturación por las compras navideñas, verían reducido su aforo a un 33% (un 50% en el caso de mercadillos al aire libre). En el caso de las San Silvestre, su participación se reduce a un tercio de lo habitual.
El ‘Plan Illa’
El borrador de medidas, al que ha tenido acceso OKDIARIO, establece que «el presidente de la comunidad autónoma solicitará al Gobierno la declaración de estado de alarma». Las medidas excepcionales, así, dependerán de las regiones.
El plan establece una serie de indicadores para determinar el riesgo y, en consecuencia, las medidas a adoptar. Con respecto al primer borrador, Sanidad ha reforzado los criterios para considerar una situación como de riesgo extremo, aunque mantiene que esa declaración se hará a partir de los 250 casos por cada 100.000 habitantes.
El Ministerio explica que «los indicadores de seguimiento se han seleccionado por su utilidad para capturar los aspectos más importantes de la situación epidemiológica y las capacidades de respuesta en base a la evidencia científica, los estándares internacionales y la experiencia acumulada por las administraciones sanitarias de nuestro país en la evolución de cada uno de ellos».
El documento señala que el Centro Europeo para el Control de Enfermedades (ECDC) «ha establecido un umbral de incidencia acumulada en 14 días de 25 casos por 100.000 habitantes para considerar que el riesgo comienza a incrementarse, y un límite superior de 150 para considerar que el riesgo es muy elevado».
«Para España, hemos establecido un umbral adicional, incidencia superior a 250 por 100.000, para señalar situaciones de riesgo extremo en las que se precisen acciones adicionales si las implementadas con incidencias de más de 150 no lograran controlar la transmisión», explica el departamento de Salvador Illa.
El texto admite que la situación puede ser cambiante, y las medidas también, ya que «la evidencia científica específica en relación a los umbrales que mejor discriminan las diferentes situaciones de riesgo para muchos de estos indicadores es todavía escasa».