Sánchez precipita la ruptura con Podemos al imponer «sin condiciones» reformar la ley del ‘sólo sí es sí’

ruptura de Pedro Sánchez con Podemos
ruptura de Pedro Sánchez con Podemos
Joan Guirado

La coalición PSOE-Podemos atraviesa sus horas más complicadas. Así lo reconocen dirigentes de los dos partidos que forman el Gobierno. La imposición por parte de Pedro Sánchez, obligando a reformar la ley del sólo sí es sí de forma inminente en las próximas semanas, ha cogido por sorpresa a la formación morada. Un cambio que, además, acerca la ruptura entre los dos socios gubernamentales. Coinciden unos y otros en que «es lo más serio de la legislatura».

Y es que el movimiento de forzar a Irene Montero a modificar la norma, el jefe del Ejecutivo lo ha consensuado únicamente con la vicepresidenta segunda y líder institucional de Unidas Podemos, Yolanda Díaz, sin consultas previas ni con Montero ni con Ione Belarra. «Se hará y punto, sin condiciones, lo dice el presidente», aseguran en su entorno. No hay matices ni otras opciones. Sánchez ha actuado así muy pocas veces, porque hacerlo supone obligar a su socio de Gobierno a aceptar un papel testimonial.

Hace bastantes semanas, desde que se produjeran las primeras rebajas de condena, en Moncloa valoraban introducir cambios en la ley. Pero el impacto que saben que tendrá en la relación entre socialistas y podemitas ha frenado a Sánchez. En el Gabinete del presidente trataban de alcanzar un acuerdo con el Ministerio de Igualdad que por ahora no ha llegado. Y, a juzgar por las reacciones de Belarra, Pablo Echenique o Ángela Rodríguez Pam, no parece cercano. Por eso, ha decidido actuar.

Y es que «el coste electoral que puede tener para nosotros el goteo de rebajas de condena es muy alto», recuerdan en Ferraz. Eso es lo que ha movido a Pedro Sánchez a ceder ante las presiones de sus propios compañeros de partido. Algunos barones quieren ir más allá y piden romper directamente con sus socios. En Moncloa esperan que sean los morados los que se vayan a fuerza de ir tensando la relación y de imponerles decisiones como esta o la de mandar armamento y tanques Leopard a Ucrania.

Tras tres años de cesiones continuas a Podemos, en especial en materia de Igualdad, a medida que se acercan las elecciones en el PSOE tratan de diferenciarse y marcar terreno. Obligando incluso a su socio a asumir posturas que siempre había rechazado hasta ahora. Haciéndole entrar en contradicciones para desgastarlo electoralmente. De ahí que los podemitas no estén dispuestos a dar su brazo a torcer con la reforma de la ley del sólo sí es sí a no ser que sea Sánchez quien asuma los fallos que ellos no reconocen y eximiendo siempre a Montero de cualquier responsabilidad.

Sánchez tiene una aliada en todo este embrollo: Yolanda Díaz. A pocos días de poner negro sobre blanco en el papel de la relación que quiere tener con Podemos de cara a las elecciones generales, dañar la imagen del partido que la hizo ministra es su principal misión. La rapidez con la que Moncloa y ella quieren reformar la norma tiene un objetivo: que el próximo CIS refleje el impacto electoral que pueda tener el error de Montero. Será el momento que espera Yolanda Díaz para fijar sus condiciones para concurrir con Podemos a las elecciones. Sin sus siglas y eligiendo a los candidatos.

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