Sánchez ofrece apoyos a Garamendi para ser reelegido presidente de CEOE si firma la reforma laboral
La UE ha exigido que la derogación de la reforma laboral cuente con el respaldo de la patronal CEOE. La patronal, por el momento, se niega ante el desastre que puede ocasionar una reforma que delega todo el control de las relaciones laborales en las cúpulas sindicales. Pero el presidente Pedro Sánchez sabe que necesita igualmente los 140.000 millones prometidos por Europa. Por ello, el Gobierno ha comenzado una campaña de presión al presidente de la patronal, Antonio Garamendi, para que firme la derogación de la reforma laboral. Una campaña que incluye, además, una promesa de apoyo en las futuras elecciones por la Presidencia de la CEOE. Y es que esas elecciones serán antes del cierre de la actual legislatura si no hay adelanto electoral.
El Gobierno se la juega con la reforma laboral. Necesita contentar a sus socios parlamentarios, pero también pretende contar con el permiso de Bruselas para que no le corten el acceso al rescate europeo por el Covid.
La condición de la UE ha sido clara y elusora de cualquier protagonismo: la reforma será mejor vista si cuenta con el respaldo de todos los agentes sociales. La reforma socialcomunista ha contado desde el inicio con el apoyo de los sindicatos, pero no de las empresas, que ven con temor una reforma que elevará sus costes y dejará las decisiones más importantes en materia laboral en manos de las cúpulas centrales de los sindicatos. Por eso, Sánchez se ha puesto manos a la obra para intentar como sea lograr el respaldo de la patronal.
La oferta de Sánchez
Una fecha clave ha saltado a la palestra en medio de esta estrategia. Sánchez puede conseguir apoyos para el actual presidente de la patronal, Antonio Garamendi, de cara a sus próximas elecciones en CEOE. Y esa es la oferta. Apoyo a cambio de apoyos. Respaldo a la reforma, a cambio de apoyos en ese proceso de renovación. Y es que, obviamente, la presión de Sánchez sobre grandes empresas puede desequilibrar un proceso electoral de estas características.
Las elecciones a la Presidencia de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) se celebraron el pasado 21 de noviembre de 2018. Y, por lo tanto, a cierre del próximo año habrá elecciones, aún dentro del periodo presidencial de Sánchez, si no hay adelanto electoral.
En el Gobierno no niegan toda una serie de pactos con Podemos, Bildu y ERC que, de facto, suponen la eliminación de la esencia de la reforma laboral. Por ello, se ha pactado la recuperación plena de la fuerza de los convenios colectivos; la derogación de la posibilidad de despido por absentismo causado por bajas por enfermedad; y la erradicación de las limitaciones al ámbito temporal del convenio colectivo, garantizando su ultraactividad -que llegue más allá de los plazos y previsiones contenidas en el mismo, tras la finalización de su vigencia y hasta la negociación de uno nuevo-. Este último punto, de hecho, fue uno de los grandes avances de la reforma laboral del PP, al impedir la capacidad de bloqueo de los sindicatos en la negociación de convenios.
Sánchez también parece haber aceptado eliminar la prioridad de los convenios de empresa sobre los convenios sectoriales, con lo que los sindicatos recuperan toda su fuerza.
Por si fuera poco, la reforma pretende extenderse hasta reformar el art. 42.1 del Estatuto de los Trabajadores sobre contratación y subcontratación laboral a efectos de limitar la subcontratación a servicios especializados ajenos a la actividad principal de la empresa. Además, Sánchez y Podemos han pactado limitar la capacidad de modificación unilateral de las condiciones del contrato por parte de la empresa y la revisión del mecanismo de inaplicación de los convenios colectivos en momentos de crisis que permite aún hoy en día el descuelgue de las subidas salariales pactadas.
Además, la reforma incluirá el reforzamiento del “principio de causalidad en la contratación temporal”, es decir, que se restringirán las causas que permiten el uso de los contratos temporales. Y se elevarán las sanciones aplicables al uso fraudulento de los contratos temporales, de forma que la contratación indefinida sea la forma ordinaria de acceso al empleo.
Y todo ello, hoy por hoy, sigue bloqueando el respaldo de la CEOE a la reforma laboral.